Colaboración de: Yuri Chavarry Tello
Psicólogo Clínico.
Comúnmente se suele asociar el Fanatismo a las Creencias Religiosas ya que más de las veces el común de los mortales confunde el ser fanático con el tener convicciones firmes y profundas (Al final de la nota explicare la diferencia) pero en realidad el fanatismo propiamente dicho va más allá de ello. Existen diversos estilos de fanatismo tales como Religioso, Ideológico, Deportivo, Político o relacionados al mundo del Entretenimiento.
El Fanático defiende ciegamente un punto de vista que más de las veces es irracional tanto en su fondo como en la forma por lo que los de su entorno consideran que no hay forma de cuestionarles. Psicológicamente la postura del fanático está motivada por una extrema necesidad de seguridad de algo por lo que en el fondo se siente inseguro en cierta manera se trata de un mecanismo de defensa. Sigmund Freud sostenía que los hombres buscan su felicidad y seguridad mediante el fanatismo mientras que Erich Fromm describe el fanatismo como un intento de escapar a la soledad, debido a la necesidad de establecer vínculos afectivos con otras personas el fanático se aferra ciegamente en querer tener la verdad en su poder y no se cuestiona en ningún momento esa supuesta verdad como lo haría una persona equilibrada y que habitualmente actúa de un modo razonable (Difiere del relativista ya que este no es capaz de tomar una postura o no es capaz de expresar abiertamente su posición frente a alguna cuestión trascedente).
Tampoco toma en cuenta las críticas o simplemente no le interesan. Se une al grupo al cual pertenece se cierra en sus ideas y lo que piense el resto le tiene sin cuidado por lo cual poco a poco va alejándose de la realidad por lo que termina encerrándose en su mundo interior. Muchos fanáticos encuentran grandes ventajas al entrar en su mundo como por citar un ejemplo alejarse de los vicios e influencias nocivas para su diario vivir y otras cosas que antes no le convenían, aunque por otro lado puede acarrear desventajas tremendas no solo para el mismo sino para toda una Nación ya que cuando se deriva en Fundamentalismo ideológico (Fanatismo Colectivo) puede dar pie a graves desastres como, por ejemplo: Las guerras, suicidios colectivos.
Dentro de muchos grupos Fundamentalistas pueden nacer nuevas ideas igualmente irracionales reformadas por la persona que cree tener la verdad absoluta por lo que surgen nuevos grupos sectarios que atraen a personas fanáticas como ellas que los apoyan en sus ideas.
Debido a su incapacidad para razonar resulta complicado tratar con estas personas. Ciertos expertos coinciden en que no se trata de enfermos psiquiátricos, ni psicópatas. Por ejemplo: Muchos terroristas dentro de su grupo son capaces de mostrar cariño con los suyos y divertirse.
Su trastorno psicológico es de otra naturaleza es algo que ha sido culturalmente adquirido a través de un aprendizaje que a menudo se inicia desde la cuna en el caso de los terroristas fanáticos una serie de vivencias personales ha ido forjando su personalidad por ejemplo: es más habitual que el terrorismo suicida se dé cuando hay antecedentes familiares, como ocurre con las viudas negras del Cáucaso, que se lanzan a inmolarse en acciones terroristas tras haber perdido a algún miembro varón de su familia a manos de las tropas rusas.
Con todo este trasfondo psicológico lleno de pasiones y pensamientos irracionales que caracterizan al fanático y sus manifestaciones más graves, una de las potenciales soluciones que se plantean es si puede reprogramarse la mente de estas personas. Lo cual resulta complicado ya que “es preciso que dejen de ver el mundo al revés” y, para ello, hay que reconfigurar su cerebro con un aprendizaje alternativo.
Pero nuestro cerebro tiene una cierta dosis de plasticidad, y aprender tiene efectos que cada vez se están investigando con mayor minuciosidad. La complicación se debe a que el fanático no solo tiene afectada la facultad intelectiva que le hace percibir el mundo como lo percibe. Además, tiene profundamente afectada su esfera emocional por lo que es difícil hacer que reestructure sus pensamientos irracionales y que se vuelva más flexible pero no es algo imposible.
Para finalizar mientras escribía esta nota un colega planteo la siguiente pregunta, ¿Cuál sería entonces la diferencia entre ser un fanático y el ser una persona de convicciones firmes y profundas? La respuesta es simple. El fanatismo surge como una respuesta emocional cargada de pasiones y se caracteriza por su irracionalidad tanto en el pensamiento como en la actitud siendo incapaz de sustentar porque cree en lo que cree. El fanático siempre buscara tener la razón a cualquier costo, mientras que las convicciones firmes brotan de profundas reflexiones filosóficas, siendo la persona capaz de sustentar porque cree en lo que cree sin temor a que sus creencias se vean amenazadas y antes que buscar tener la razón a cualquier costo la principal motivación es llegar a la verdad por lo que siempre estará abierto a la posibilidad de estar equivocado y a cambiar de opinión si es necesario.
Psic. Yuri Chavarry Tello.
Psicologo por vocación y Católico por convicción. Buscando incansablemente la Santidad.
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