Tengo que fijarme exactamente en el modelo de Jesús, pues Él amó perfectamente.
Sí, pero en el día a día, me fijo en las cosas que hago y me pregunto si las hago por amor.
Creo que mi misión como cristiano es hacer grandes cosas, comportarme heroicamente con grandes obras, llevar a cabo empresas muy esforzadas...
Pero Jesús me pide algo más sencillo: lo primero es amar HOY; lo demás, vendrá después.
Y así lo han hecho los grandes santos.
Amar en el día a día, en las pequeñas cosas, en cada tarea que hacemos:
- cuando recogemos la mesa después de comer,
- cuando hacemos una fotocopia a un compañero en la oficina,
- cuando cedemos el paso a alguien alocado en el tráfico,
- cuando subo en el ascensor con otra persona y le pregunto a qué piso va para pulsar el botón en su lugar,
- cuando no participo en el chismorreo al que me invitan,
- cuando pongo la lavadora en mi casa,
Sin amor, nada; con amor, todo.
Ama y haz lo que quieras.
San Agustín de Hipona
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