3. Concreta, que no sean tus propósitos luces de bengala que brillan un instante para dejar como realidad amarga un palitroque negro e inútil que se tira con desprecio.·
4. Voluntad, energía, ejemplo. Lo que hay que hacer se hace, sin vacilar, sin miramientos. · Pregúntate muchas veces al día, hago en este momento lo que debo hacer?·
5. Sabes el daño que puedes ocasionar al tirar lejos una piedra si tienes los ojos vendados? Tampoco sabes el perjuicio que puedes producir, a vece grave, al lanzar frases de murmuración, que te parecen levísimas, porque tienes los ojos vendados por la desaprensión o el acaloramiento.·
6. De ordinario la gente es muy poco generosa con su dinero, me dices. Conversación, entusiasmos bulliciosos, promesas, planes. A la hora del sacrificio, son pocos los que “arriman el hombro”. Y si dan, ha de ser con una diversión interpuesta, baile, tómbola, cine, y lista de donativos en prensa. Triste es el cuadro, pero tiene excepciones, se tú también de los que no dejan que su mano izquierda, cuando dan limosna, sepa lo que hace la derecha.
7. Sufres en esta vida de acá que es un sueño corto, alégrate porque Dios te ha preparado una vida llena de alegrías en la eternidad.·
8. No me seas tan susceptible. Te hieres por cualquier cosa. Se hace necesario medir las palabras para hablar contigo del asunto mas insignificante. No te molestes si te digo que eres…insoportable. Mientras no te corrijas, nunca serás útil.·
9. Que no sabes orar? Ponte en la presencia de Dios, y en cuanto comiences a decir, Señor, no se hacer oración, estáte seguro de que has empezado a hacerla.·
10. Me has escrito, “orar es hablar de Dios, pero de qué?” De qué? De El, de ti: alegrías, tristezas, éxitos, fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias, flaquezas, y hacimientos de gracias y peticiones. En dos palabras, conocerlo y conocerte, tratarse!.·
11. Ah si te propusieras servir a Dios seriamente con el mismo empeño que pones en servir tu ambición, tus vanidades, tu sensualidad.!·
12. Esfuérzate, si es preciso, en perdonar siempre a quienes te ofendan, desde el primer instante, ya que por grande que sea el perjuicio o la ofensa que hagan, mas te ha perdonado Dios a ti.·
13. No quieras ser como aquella veleta dorada del gran edificio: por mucho que brille y por alta que esté, no importa para la solidez de la obra. Ojalá seas como un viejo sillar oculto en los cimientos, bajo tierra, donde nadie te vea: por ti no se derrumbará la casa.·
14. No consiste la verdadera pobreza en no tener, sino en estar desprendido: en renunciar voluntariamente al dominio sobre las cosas. Por eso hay pobres que realmente son ricos y al revés.·
15. No hay alegría? Piensa: hay un obstáculo entre Dios y yo. Casi siempre acertarás.· Sufres en esta vida de aquí…que es un sueño corto. Alégrate porque te quiere mucho tu Padre-Dios, y, si no pones obstáculos, tras este sueño malo, te dará un buen despertar.·
ANECDONET
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