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viernes, 31 de enero de 2014

Isaías y su tiempo.

Introducción.

Con frecuencia, los comentaristas dividen el libro de Isaías en dos secciones, que  tienen su origen en épocas diferentes y que se caracterizan por destacadas y distintas perspectivas teológicas y estilos literarios. Los primeros 39 capítulos datan sobre todo de la época de Isaías histórico; es decir, en un sentido amplio, la segunda mitad del siglo VIII a. C, por lo tanto, el grueso de esta sección se atribuye al profeta histórico y se denomina primer Isaías. La segunda sección del libro (Capítulos 40 al 66) ha sido atribuida a diversos autores, y suele subdividirse en segundo y tercer Isaías.
Hay diferentes enfoques para su estudio, unos dicen que se puede estudiar todo el libro en conjunto, otros más afirman que hay que estudiar dos Isaías, la última postura sobre este tema es que hay tres Isaías y esta es la más aceptada por la mayoría. En este trabajo se expone las dos últimas posturas, ya que son las más generalizadas entre los entendidos de la biblia.


Objetivo.
Objetivo general.
Analizar y comprender el profeta Isaías, para poder dar razón de nuestra fe.

Objetivos específicos.
·         Analizar los diferentes enfoques del estudio del profeta Isaías, para estructural mejor el seguimiento del profeta.
·         Entender el profeta Isaías, para tener una mejor vida espiritual.
·         Estudiar el profeta Isaías, para hacer un paralelo con el Evangelio, y de esta forma entender mejor la persona de Jesús.

Profeta Isaías.
Isaías 1-39.
1.    Isaías y su tiempo: Historia y Profecía.
Predico en Jerusalén durante el siglo VIII a.C. con la intención de comprender el mensaje del profeta en el ambiente social de su tiempo.

La época de Isaías: Los Abátales del siglo VIII a.C.
A lo largo del siglo VIII a.C Egipto  presentaba un aspecto confuso. La unidad del país estaba rota, y el poder era inestable. Al Oeste el Faraón Tefnakht instauró la XXIV dinastía y se vio continuamente involucrado en lucha contra los Arabes. El imperio neo-asirio se consolido en el siglo VIII a.C. Adad-Nirari III había emprendido una serie de campañas hacía el oeste, consiguiendo que algunos reinos, entre ellos Damasco, le pagaron tributo. En el año 745 a.C. subió al trono Teglatfalasar III, dando inicio al imperio asirio.

La guerra Siro-Efrainita.
Los pequeños estados de Oriente Medio (Judá, Israel, Siria, etc.) pagaban tributo al emperador asirio para conservar su independencia. Los pequeños estados decididos a revelarse contra Asiria, formaron una coalición, en la que el monarca Judaíta, Ajaz (735-727 a.C.). Se negó a participar. Entonces los reyes de Israel, Pécaj (736-730 a. C) y de Siria, Rasín (740-732 a.C.) atacaron al rey de Judá para obligarle a integrarse en la alianza contra Asiria. Esta guerra emprendida por Siria e Israel contra Judá se denomina guerra siro´-efrainita.
La actividad política de Isaías en las circunstancias que rodearon a la guerra siro-efrainita fue notable. El profeta, acompañado de su hijo Sear Yasub, se entrevistó cib el rey Ajaz. Pécaj y Rasín estaban a las puertas de Judá, cuando Isaías dijo a Ajaz en nombre de Dios: ¡alerta, pero ten calma! No temas, ni desmaye tu corazón por ese par de cabos de tizones humeantes, puesto que Aram, Efraím y el hijo de Romelías han maquinado tu ruina. (7,4) tras los gentilicios “Aram” “Efraim” se esconde la mención de Siria e Israel que ataca a Judá; y la referencia al hijo de Romerías aluda a Pécaj, rey de Israel.
Isaías confiaba plenamente en el Señor, que había puesto su morada en Jerusalén, y asentando la dinastía de David. Sin embargo el rey Ajaz puso en duda la eficacia salvadora de Yahvé y solicito la ayuda de Asiria. El ejército asirio derrotó a las tropas de Rasín y Pécaj y, de ese modo, libero a Jerusalén del apoyo extranjero.

La invasión de Judá por parte de Senaquerib.
La guerra siro-efrainita y la invasión de Senaquerib enmarcan la misión de Isaías. Pero notemos, en ese aspecto, que la actividad del profeta no se limitó a la denuncia verbal contra la opresión. Al contrario, confiando plenamente en Dios, comprometió políticamente su vida para salvar a su pueblo en momentos adversos.

Semblanza del profeta Isaías. (Siglo VII A.C).
La sagrada Escritura transmite pocos datos acerca de la vida íntima de Isaías. A tenor de los datos bíblicos, deducimos que debió de nacer hacia el año 760 a.C. durante el reinado de Ozias (767-739 a.C) su padre se llama Amós. La terminología precisa de su lenguaje permite suponer el bagaje propio de una cultura elevada, y una relación profunda con los ambientes culturales y aristocráticos de Jerusalén.
Tres elementos teológicos principales entretejen el mensaje del profeta: la elección divina de Jerusalén, la elección de la dinastía de David, y la exigencia de la conversión.

Ø  La elección de Jerusalén.
El rey David hizo transportar el arca de la alianza a la ciudad que había conquistado y que consideraba como propiedad particular: Jerusalén.
Isaías confiesa la presencia perpetua del Señor en Jerusalén. El profeta afirma que el Señor nunca abandonará la ciudad Santa.

Ø  La elección de la dinastía de David.
Samuel ungió a Saúl como primer rey de Judá (1S 10,1). Pero Saúl disgustó a Samuel (1S 13, 7b-15); y, más tarde, el Señor también lo rechazó (1S 15).
Isaías defiende la solidez de la dinastía de David, pues la estabilidad de la casa de David procede de la elección divina (2S 7,11-12.16) cuando Ajas y Ezequías sufrió la invasión asiria, el profeta invitó Ajaz (7, 1-9) y a Ezequías (37, 9b-35) a depositar su confianza en el Señor ante el ataque enemigo. El motivo de la confianza estriba en que el Señor nunca abandonará la alianza pactada con su siervo David. “Yo protegeré a esta ciudad para salvara, por quien soy yo y por mi siervo David”. (37,35).

Ø  La exigencia de conversión.
No podemos decir nada más de su vida. Su muerte debió acaecer después del año 701 a.C. tras el intento fracasado de Sanaquerib para tomar Jerusalén (caps. 36-37). Ante la invasión de Senaquerib, Isaías intentó convencer al rey y al pueblo, y no se dejó abatir por las contrariedades.

Contenido y Estructura de los capítulos 1-39.
a)    Prólogo 1, 1-31.
b)    Oráculos sobre Judá e Israel. 2,1-5,30.
c)    El libro del Emanuel. 6,1-12,6.
d)    Los oráculos contra las naciones caps. 13-23.
e)    Apocalipsis Mayor: caps 24-27.
f)     Oráculos sobre Israel Judá; caps 28-33.
g)    El Apocalipsis Menor: caps. 34-35.
h)   Apéndice Histórico: caps. 36-39.

Apunte sobre el texto y las versiones antiguas del libro de Isaías.
El texto hebreo del libro de Isaías figura de la biblia Hebraica Stuttgartensia (BHS), que reproduce el Códice de Leningrado, texto editado por D.W. Thomas (1968). El proyecto denominado “Hebrew University Bible Project” ha publicado el texto isaiano, editado por M.H.Goshen-Gottstein (1995), basado en el códice de Alepo.

Breve historia de la interpretación del libro de Isaías.
Al leer el libro de Isaías, descubrimos una paradoja. El texto manifiesta un sentido coherente en cuanto a su redacción global: pone de manifiesto la obra de Dios a favor de su pueblo durante un periodo largo de la historia. Pero, a la vez, el texto destaca, sobre todo, los acontecimientos de tres siglos (VIII, VI, V a.C). Arco de tiempo que queda reflejado en la utilización de diferentes estilos literarios y distintas perspectivas teológicas.

Ø  Época antigua y medieval.
Las diferencias temáticas, literarias y teológicas presentes en el libro no plantearon grandes problemas a los comentaristas durante la época patrística y gran parte de la Edad Media. Los exegetas consideraban que el profeta, gracias a su capacidad intelectual, habría dominado todos los géneros literarios de su tiempo.

Ø  Época Moderna: El nacimiento de la crítica.
La historia de la exegesis del libro de Isaías constituye un buen testimonio del proceso de aplicación de la crítica del conocimiento del texto. Al describir la historia de la exegesis moderna, expondremos primero la tarea del análisis y después el trabajo de la síntesis.

Proceso del Análisis: La percepción global del libro de Isaías, propia de la Patrística y de la edad cristiana, comenzó a romperse tempranamente en el ámbito judío.

Estudios Sincrónicos.
Los estudios sincrónicos permiten intuir que el texto isaiano presenta un sentido global y que no reduce a la yuxtaposición de secciones.

Estudios diacrónicos.
Los estudios diacrónicos muestran que 1-66 han experimentado un dilatado proceso de redacción, pero manifiestan diferencias al trazar las etapas concretas de la génesis del texto isaíano.

Época Actual: La insuficiencia de la razón crítica y la necesidad de la metáfora.
La modernidad quedó significada por el nacimiento de la crítica. Casi como único valor metodológico de la investigación. Los estudios críticos desmembraron y reconstruyeron el texto isaiano. Los resultados fueron dispersos.

Capítulos 40-66.
Marco histórico del desarrollo y redacción de la profecía de Isaías.
El infructuoso ataque asirio contra Jerusalén provocó que Senequib regresara a su imperio (701 a.C). Años más tarde fue asesinado por sus hijos, y le sucedió en el trono Asaradón (680-669 a.C). Quien a su vez fue sucedió por Asurbanipal (669 a.C) Que consiguió acabar con la insubordinación egipcia, encabezada por el faraón Tirhakah.
Cuando murió Nabucodonosor (562 a.C) comenzó el declive de Babilonia. Nabucodonosor II fue sucedido por su hijo Amel-Marduk (562-560 a.C). Denominado por la Escritura Evil Marduk fue destronado por Nergalsére (560-556 a. C) quien murió en combate al cabo de cuatro años (556 a.C.) y dejó en el trono a un hijo menor de edad, Labasi-Marduk, que fue destrozado por Nabonil (556-539 a. C).

La situación de Palestina.
La entereza de Isaías hizo posible que Ezequías resistiera el invidente asirio contra Jerusalén. (701 a.C.). Senaquerib regresó Asiria y Ezequías continuó gobernando el país de Judá. El profeta Isaías debió de morir en las postrimerías del reinado de Ezequías.

Cuando Nínive fue destruida por babilonias y medos. (612 a.C.) Una porción del ejército y de la administración asiria logró refugiarse en Jarán. Los medos afianzaron sus posesiones en el Norte y en el Este, mientras babilonios y egipcios se disputaban los retos del imperio asirio.
La amenaza de Judá estaba constituida por los reinos vecinos. El descenso demográfico de Judá y la escasa presencia militar babilónica propiciaban las incursiones de los pueblos cercanos al territorio judía.

La decisión del rey persa de permitir a los judaítas deportados el regreso a Jerusalén aparece bien enmarcada en el seno de la estructura política que Ciro confirió el imperio. El monarca ejerció la magnanimidad con los pueblos conquistados para dotar de estabilidad al Imperio.

Contenido y estructura de los capítulos 40-66.
a)    Prólogo del Segundo Isaías (40, 1-11)
b)    El combate de Yahvé contra los ídolos (40, 12-44,23)
c)    La intervención de Dios en la Historia (44,24-48,22)
d)    El misterio del sufrimiento redentor (49,1-53-12)
e)    La nueva Jerusalén (54, 1-17)
f)     Epílogo del Segundo Isaías (55, 1-13)
g)    Prólogo del Tercer Isaías (56, 1-8)
h)   El pecado del pueblo y el perdón ofrecido por Yahvé. (56, 9- 59,21)
i)     Jerusalén, metáfora de la intervención salvadora de Dios. (60,1- 62,12)
j)      Israel, expectante ante la intervención de Dios. (63,1 -64,11)
k)    Epílogo del libro de Isaías. (65,1  -66,24).

Enseñanza.
Sin amplitud su belleza literaria teológica convierte al libro Isaías en una obra magna del antiguo testamento. Desde la perspectiva cristiana, el Antiguo Testamento halla su plenitud en el Antiguo testamento. La tradición cristiana ha descubierto tras el profeta del Emanuel (7, 13-17) el anuncio del avenimiento de Jesús de Nazaret, el Mesías definitivo. (61. 1, 23).

El segundo Isaías señala de cómo la fuerza de la palabra de Dios ha llevado a término, a lo largo de cuatro etapas, la transformación del pueblo ajado en la comunidad que da testimonio de  la grandeza de Yahvé. La entereza de la palabra derrota el falso poder de los ídolos (40, 12- 44, 23). El poder de la palabra suscita a Ciro (44, 24 -48,22), el mediador de Yahvé para liberar a los exiliados en Babilonia. La fortaleza de la palabra presente al siervo como el mediador de la intervención de Yahvé para instaurar su alianza con el pueblo y extenderla a las naciones  (49,1 -53,12). Finalmente el vigor de la palabra actúa para desplegar la grandeza de Jerusalén hasta convertirla, entre las naciones, en el testimonio de la actuación redentora de Yahvé. (54, 1-55,5).

Pero el sentido de la profecía de Isaías no estriba sólo relatar el itinerario de conversión ofrecido al pueblo hebreo en tiempos antiguos. El texto invita al lector a iniciar la senda de la conversión para que, huyendo de las garras de los ídolos, pueda gozar de la dicha del señor.
Isaías es considerando en la historia de la revelación como el gran profeta de la Santidad de Dios y el Mesías glorioso. 

El planteamiento global del libro de Isaías presenta un proceso teológico profundo; muestra cómo el pueblo hebreo, caracterizado al principio por un culto que no soporta, llega a convertirse, con el auxilio divino, en la nación transformadora que revela ante todos los pueblos la gloria de Dios. Nuestro comentario a lo largo describe el itinerario de conversión de la nación Israelita, nos incita a entrarnos en la senda de la conversión propuesta en la profecía Isaiana. 
El Dios Santo de Israel, como la base de toda la teología de Isaias, tenemos una excelsa  concepción de Dios. En la visión de Isaias pudo contemplar la sublime potencia del único Dios verdadero. Isaias no usa la palabra alianza, pero concibe la relación de Dios con el pueblo como la de un esposo con su amante.

El orgullo y las otras culpas de castigo divino. Los pecados personales se castigan con privación de bienes, hambre y sed de justicia, cautividad. El estado de Judá es castigado con la anarquía, la desatención, la invasión enemiga, el asedio y el abandono de Jerusalén.
La fe es una actitud fundamentalmente del hombre ante el plan Divino, esta fe implica u total abandono e Dios.

El reino de Dios, la fe se hace posible participar en la salvación. Esta se concibe como un reino de justicia y de paz, de libertad, de luz y de alegría. Yahvé instruirá a su pueblo. Y bendecirá la tierra, los frutos, el ganado. Se curaran las llagas del pueblo. Rey y príncipes gobernarán con justicia. En este nuevo reino Jerusalén tendrá una especial preeminencia será Santa., estará llena del conocimiento de Yahve, y la gloria Divina, como un rio, la protegerá de todos los enemigos.

El Mesías Davídico, la salvación es obra de un lugarteniente divino, el futuro del rey ideal. Descendientes de la dinastía Davídica, es la piedra angular sobre la cual llega el edificio divino. Y todos los pueblos acudirán a instruirse en la ley, que enseñará en Jerusalén.
El fascículo más breve de los capítulos 56-66 del rollo de Isaías es considerando como la obra de uno o de varios discípulos del Segundo Isaías. Su fondo es el del posexilio, durante la reconstrucción de Jerusalén (60, 10-13); el estilo es modesto,
Pedante, repetitivo; bastaría confrontar el cantico a Sión de Is 2, 1-5 con el poema triro-isaiano del capítulo 60, un himno dilatado, lleno de detalles, de ampulosidad, de ampulosidad, de repeticiones. De vez en cuando aparece algún destello de originalidad, como en 58, 10 “ brillará en las tinieblas tu luz, y tus sombras se harán un mediodía”, como es la descripción de los impíos de 57, 20 “los malhechores son como el mar agitado, que no puede apaciguarse, cuyas aguas remueven fango y cieno”, como en el retrato del Señor de 58, 11 “El Señor será tu guía siempre, en los desiertos saciará tu hambre, a tus huesos infundirá vigor, y tú serás como un huerto regado, cual manantial de agua, de caudal inagotable”. O como en la repetición poética del simbolismo nupcial de 62, 1-5.

Esta abrita contiene en sí páginas diversas por su género literario, sobre todo de modelos conocidos en la aliteratura posterior al destierro. Tienen un relieve especial las liturgias y las súplicas penitenciales. En el capítulo 59, por ejemplo, estamos en presencia de un salmo penitencial, que, después de una declaración introductoria sobre los pecado de la comunidad, causa de la indiferencia del Señor hace un examen de conciencia de los pecados del pueblo y de sus dirigentes, para llega a la confesión comunitaria del pecado. Otro ejemplo puede verse en 63, 7-64, 11, cuyo punto de partida son “los beneficios y  las glorias del señor”. Derramados en la historia de la salvación. Pero la respuesta del pueblo fue la trágica secuencia de rebeliones: Dios entonces se transformó en enemigo de su pueblo; pero su silencio es solamente una táctica para conducir de nuevo a Israel a la conversión y hacer reaparecer así la esperanza y la salvación. El texto, que sigue manteniendo vivo todavía el recuerdo de la destrucción de Jerusalén (64, 9-10), es un testimonio de la oración de los primeros hebreos que volvieron a Palestina y que intentaban la reconstrucción del templo y de la ciudad santa. También hay que observar que, a pesar del clima más bien integrista y cerrado que muy pronto se establecerá en Jerusalén, el profeta se manifiesta particularmente abierto y animoso.

Afectivamente, en 56, 1-8 abre el acceso al templo incluso a dos categorías de personas que estaban rigurosamente excluidas de él, el extranjero y el eunuco, con tal que “se entreguen al Señor para venerarlo, amar su nombre y ser sus siervos”. Entonces “las naciones caminarán a tu luz y los reyes al resplandor de tu aurora” mientras que con una declaración que todavía hoy nos deja perplejos sobre su verdadero significado, en 66,21 se afirma que también entre las ansiones el Señor “Tomará para sí sacerdotes y levitas”. (Quizá sea sólo una alusión a la diáspora hebrea). Lo cierto es que el espíritu del tercer Isaías es muy sensible a los grandes horizontes de fe, de luz y de esperanza, como lo atestigua la proclamación del capítulo 61, citada por Jesús en la sinagoga de Nazaret: “El espíritu del Señor Dios está en mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado a llevar anunciar la libertad a los cautivos, la liberación a los presos; a proclamar un año de gracia del Señor.

Isaias tiene bellísimas comparaciones para enseñar sus mensajes. Por ejemplo la de La Vid y el Viñador, en el capítulo 5. En la cual comparada al pueblo de Dios, con una vid (plantación de uvas), a la que el Señor la cuido, la regó y la abonó y luego viene a buscar buenos frutos (Buenas obras) y encuentra con que solo produce frutos amargos (obras malas), entonces de sus enemigos para que la pisoteen y destruyan.  En el libro de Isaías se pueden encontrar muchos datos de lo que será la vida de Mesías o enviado de Dios, se puede afirmar que este escrito es la primera biografía de Jesús escrita que este escrito es la primera biografía de Jesús escrita siete siglos antes de que naciera el Redentor. Son impresionantemente hermosas las descripciones del Capítulo 53, acerca del ciervo de Yavhé, donde parece estar viendo la Pasión y Muerte de Jesús, describiéndola, tal como ella iba a suceder. Y allí se insiste que estos sufrimientos del enviado de Dios serán ara pagar nuestros pecados.

Después de Cristo y de Moisés, el más grande profeta de todos los siglos ha sido Isaías, es el profeta de la confianza en Dios. Quiere que aunque las situaciones de la vida sean terribles, jamás dejemos de confiar en que Dios llegará con su gran poder a ayudarnos y defendernos. Anuncia de paz y de justicia, cuyo oficio es encender en la tierra el amor hacía Dios.
Fue un genio religioso que ejerció enorme influencia en la verdadera religión y cuyos escritos los leen y meditan hoy en todo el mundo los seguidores de Cristo.

Una antigua tradición judía, nos dice que a Isaías lo hizo martirizar el impío rey Manasés.
Gracias Señor por tus profetas y por los anuncios que por medio de ellos nos has enviado y nos seguirás enviado siempre. Haz que nunca seamos sordos a las llamadas de conversión que nos haces cada día por medio de tu divina palabra en la predicaciones y en la S. Biblia.
Monoteísmo trascendente. En todos sus oráculos se da por supuesta la existencia de un Dios único, que es el Señor de Israel y el árbitro de la historia. Los ídolos son obra de los hombres. Lo que caracteriza sobre todo al Dios de Israel en su santidad, como aparece en la proclamación de los serafines en la visión inaugural (6, 1ss). Lo santo para los hebreos equivalía a los que hoy suele llamarse trascendente o numérico: lo otro que trasciende a todo lo creado; pero por otra parte se manifiesta en su gloria que llena toda la tierra. Dios está cono rodeado de una atmósfera aislante de alta tensión, la santidad, debe santificarse o purificarse, no sólo ritualmente sino, sobre todo, espiritualmente. Por eso, ante la manifestación majestuosa de Dios, exclama: Ay de mí, porque siendo un hombre de labios impuros, que habita en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey, Yahéh Sebaoth.

Su conciencia de pecado le arguye que no puede entrar en relaciones amistosas con Dios, puro y santo. Esto implica que para el profeta la idea de santidad aplicada a Dios incluye, de un lado, su carácter, en cuanto que refleja a Dios como ser perfecto en el orden moral.
Dios e Israel. Una frase características de los escritos isaianos es al de “el Santo de Israel” aplicada a Yahvéh. Para el profeta, aunque Yahvéh es el Ser inaccesible por antonomasia, tiene, sin, embargo, un plan salvífico en la historia humana, sobre todo respecto de Israel. Yahvéh tiene que realizar una obra en su pueblo: por eso en la visión inaugural Dios se pregunta, todo rodeado  de su corte celestial: ¿A quién enviaremos? Dios tiene un designio de salvación sobre la sociedad israelita para establecer una era de justicia y de equidad, basada en el reconocimiento de los derechos inalienables de Yahvéh.

Reinos, la disolución total del viejo orden del mundo hebreo, que seguía el avance de Asiría, no es para el profeta otra cosa que la prueba cumbre del dominio absoluto de Yavhee, afirmándose y humillando a todo lo que disputa su supremacía. Su carácter de trascendente e inaccesible le hace intransigente ante las transgresiones de los pecadores: “El Santo se santifica en la justicia; de ahí la necesidad de un juicio purificador sobre el mundo y sobre el mismo Israel.

 Los tres Isaías.
El descubrimiento dHasta el final del s. XVIII, prácticamente nadie había puesto en duda que el profeta Isaías, personaje histórico de la segunda parte del s. VIII a. C., era el autor de todo el libro que lleva su nombre.
En los “tres Isaías”.
Sin embargo, la crítica histórico-literaria aplicada minuciosamente a toda la Biblia y, en particular, al libro de Isaías hizo que se empezase a cuestionar esa convicción secular, a partir de una serie de indicios que agrupamos, de forma resumida, en tres grupos:

PRIMER ISAlAS (Is 1-39)
Contexto histórico.
La vida y ministerio del profeta Isaías se desarrollan en la segunda mitad del s. VIII a. C. En el ámbito internacional, la época queda definida por la expansión y supremacía del imperio asirio que con sus reyes Teglatfalasar III (745-727 a. C.), Salmanasar V (726-722 a. C.), Sargón 11(721-705 a. C.) y Senaquerib (704-681 a. C.) somete sucesivamente a los distintos reinos y territorios del Oriente Próximo.

La obra de Isaías.
Como hemos podido comprobar en nuestra reconstrucción de la actividad del profeta, sólo es posible fechar una pequeña parte de Is 1-39 y contextuarla en su vida. Es el núcleo del libro, escrito probablemente por el mismo Isaías (Is 30 8).
Ello no impide que Otros muchos textos no datados sean también suyos. Del resto de los oráculos, algunos fueron recogidos y escritos por sus discípulos (Is 8 16), Otros pertenecen a su escuela o fueron readaptados posteriormente.
Un último grupo de oráculos son mucho más tardíos y fueron incorporados a la obra de Isaías por el editor que organizó el libro tal como nos ha llegado.

El mensaje de Isaías.
El mensaje del profeta Isaías estuvo marcado por dos constantes, especialmente determinantes: la experiencia de su vocación y la preocupación por la realidad concreta de su pueblo.
En el momento de su vocación (Is 6), Isaías tuvo acceso a una doble experiencia: la santidad de Dios, manifestada en su soberanía y transcendencia, y la condición pecadora de sí mismo y de su pueblo. Puesto que ambos extremos son incompatibles.
el encuentro pleno entre Dios y su pueblo sólo será posible con la conversión y la desaparición del pecado. Por eso, su predicación irá encaminada a denunciar ese pecado y a proponer el conocimiento auténtico de Dios.
Pero la denuncia del pecado y el anuncio del juicio y del castigo correspondiente no son la razón de ser de la actividad profética de Isaías: su objetivo último es la llamada a la conversión, el cambio de conducta, la vuelta al Señor, como condición previa de su perdón (Is 118: luego, venid y discutiremos) y de una nueva vida de justicia y misericordia (Is 116-20).
La esperanza mesiánica de Isaías aparece como una relectura y proyección al futuro de la “promesa dinástica”. El “ungido” (=mesías) anunciado por Isaías estabilízará el trono davídico; implantará la justicia y el derecho, y posibilitará el conocimiento de Dios, que es la condición pasa hacer posible un futuro ideal, pacífico y paradisíaco (Is 2 2-4; 9 1-6; 11 1-9) que se abre a la esperanza.

SEGUNDO ISAÍAS (Is 40-55
El contexto histórico
El panorama histórico que se intuye detrás de Is 40-55 es bien distinto al que conocemos de Is 1-39. La situación internacional ha experimentado un cambio espectacular: en menos de un siglo ha caído el imperio asirio y se adivina inminente la caída del neobabilónico.
Esta nos revela a un personaje fervoroso y optimista, solidario con la suerte y sufrimiento de su pueblo, y con una profunda fe en Dios como señor de la historia.

La obra del Segundo Isaías
El conjunto de Is 40-55 ofrece una mayor sensación de unidad y coherencia que el resto del libro de Isaías (Is 1-39 y 56-66). Su autor, magnífico teólogo, es también un destacado poeta que domina los recursos. de la lengua (amplias construcciones, efectos sonoros, variedad de imágenes) y los géneros proféticos (oráculos de salvación, anuncios de salvación, himnos, pleitos judiciales, diatribas, cantos, etc.). En todo el conjunto de su obra es posible identificar una sólida estructura bipartita, enmarcada por un prólogo y un epilogo en perfecta inclusión:

Los cantos del ciervo del Señor
Por los problemas que plantean y por su especial significación posterior, los llamados “cantos del ciervo’ merecen particular atención y tratamiento aparte. Aunque se discute la extensión de alguno de ellos, estos cantos son cuatro: Is 42 1-4(5-9); 49 i7(8-13); 50 4-9; 52 13-53 12,
Todos en tercera persona, excepto el tercero, en que el siervo se presenta en forma autobiográfica. Algunos estudiosos piensan que son independientes de su contexto actual, pero la opinión más generalizada admite que fueron compuestos por el Segundo Isaías.
Interpretación colectiva:
Llamado por él a ejercer una misión similar a la del ciervo) y el mismo profeta (bien reflejado en muchos de los rasgos del ciervo, sufrimientos incluidos). Aquí entraría también la interpretación mesiánica propugnada por algunas corrientes judías y cristianas.

Interpretación mixta:
Los cuatro cantos, al igual que el resto de Is 40-55, hablarían de varios siervos: Israel en su conjunto, un grupo reducido de israelitas, Ciro y el mismo profeta. Esta diversidad

TERCER ISAÍAS (Is 56-66)
El paso de 15 55 a Is 56 marca una nueva ruptura, los temas del éxodo, la salvación futura, la nueva Jerusalén; vocabulario común, determinadas repeticiones...
Ello explica que los primeros críticos atribuyeran todos los capítulos de Is 40-66 a un solo autor. Hoy día hay cierto consenso en considerar Is 56-66 como una obra distinta de Is 40-56, Sin embargo, las posiciones se dividen al determinar su autor:
Finalmente, el editor del libro habría incorporado nuevos añadidos posteriores.

Actividad profética del Tercer Isaías
      el objetivo último de la actividad profética del Tercer Isaías parece ser la formación de un pueblo o comunidad de justos que agraden y sirvan a Dios.
      — El profeta pretende acallar los reproches contra Dios.
      — Ante el problema del rechazo y desprecio de los extranjeros, el profeta abre una profunda reflexión con tres tipos de conclusiones: castigo de las naciones que se obstinan en el mal (Is 63 3-6; 66 15- 16.24); las naciones y los extranjeros reunidos en tomo a Jerusalén (Is 60 3-1115-17; 615-9; 62 2-8); los extranjeros acogidos como miembros de pleno derecho (Is 56 3-7), con acceso incluso a la dignidad del sacerdocio (Is 6621).

La obra del Tercer Isaías
Algunos autores han conseguido identificar una estructura concéntrica que organizaría toda la obra de Is 56-66 en torno a un núcleo central, constituido por el capítulo 61 (misión del profeta y restauración), pero resulta excesivamente complicada y disgregadora.


Conclusión.
La historia de Isaias, ocurre en la guerra Siro-Efrainita, la invasión de Judá por parte de Senaquerib.
Hay insuficiencia de la razón para obtener el mensaje, por lo tanto el profeta usa la metáfora.
Su enseñanza es: Sin amplitud su belleza literaria teológica convierte al libro Isaías en una obra magna del antiguo testamento. Desde la perspectiva cristiana, el Antiguo Testamento halla su plenitud en el Antiguo testamento.
Los Israelitas cuidaban, el templo, la ley y la raza.
El protoisaias, Jerusalén S. VIII donde se habla de justicia; Deutoro Isaías, Jerusalén S. VI donde se habla de inclusión; y el Trito Isaías, Jerusalén S.IV, se habla de Inclusión.


Bibliografía.
·         T. BALLARINI, Introducción a la Biblia 1112, Mensajero, Bilbao 1971, 105-291.
·          WIENER C., El segundo Isaías, Verbo Divino, Estella 1978.
·         Biblia de Jerusalén.
·         Biblia Nacar Colunga.
·         RAMIS Francesc Comentarios a la nueva Biblia de Jerusalén, Isaias1-39, Declée de Brouwer, 2006.
·         RAMIS Francesc Comentarios a la nueva Biblia de Jerusalén, Isaías 40-66, Declée de Brouwer, 2006.

Espero comentarios adjuntos en alguna de las entradas de mi página web,  preguntas cortas e interesantes, en el formulario de este portal o por correo electrónico. Las interpretaciones que se den a esta exposición: clara, concisa, profunda y precisa no es responsabilidad de Diego García; sino de la persona que escribe la critica positiva o negativa, no se responde por daños o perjuicios que se causaran por dichas notas.

Tu amigo de siempre DIEGO GARCÍA.

Diego Fernando García Ochoa.






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