Es un solo abrazo. El de James Rodríguez, esa oleada de talento
que está sacudiendo a la Selección,
con José Pékerman, ya en el túnel de regreso al camerino del Maracaná. El de
Pékerman con Mario Yepes, el enorme capitán. El de David Ospina, ese extraordinario
guardián que volvió a sacar su arco en cero, con Eduardo Niño, su entrenador. Y
el de todos los que tenemos pasaporte vinotinto y vivimos, en este mítico
estadio, la consolidación de la mejor actuación de una Selección
Colombia en la Copa
del Mundo. Se fue la fase de grupos y ahora se despidió Uruguay, con un 2-0
que ahora deja al equipo de ese gran señor de apellido Pékerman frente a frente
con Brasil, el equipo local, el viernes en Fortaleza.
En medio de esta
locura, de esta alegría
que contagia, de este Maracaná disfrazado de cualquier estadio de Colombia,
empezamos a mirar los apuntes para entender por qué estamos emocionados. Y hay
razones. Porque Colombia empezó a mover el balón por todo el Maracaná, no se
dejó provocar de cuatro faltas uruguayas en los primeros cinco minutos. Porque
volvió a ser contundente. Porque demostró fútbol,
hombría.
En medio del desorden, de los abrazos repetidos, buscamos la
libreta. Y empezamos a leer. Minuto 4: tiro libre de costado para Colombia;
James le apunta al arco y Muslera mete los puños. Minuto 10: Zúñiga se anima a
rematar desde afuera, Muslera da un rebote corto.
Y nos detenemos en el
minuto 28. Y recordamos el pelotazo de Abel Aguilar, el rechazo al centro de
Álvaro Pereira, el cabezazo del mismo Abel en busca de una emoción. Y vemos a
James parando esa pelota con el pecho, y luego metiendo esa volea. Ese balón
tomó una curva hacia afuera para que Muslera no lo alcanzara. Y vimos el abrazo
de todos, los de adentro, los de las gradas. Y el estallido del 90 por ciento
del Maracaná, vestido de amarillo, multiplicado por 47 millones a miles de
kilómetros hacia el norte de Suramérica. ¡Golazo,
por Dios, golazo!
Uruguay no se iba a
entregar, seguro. Apenas cuatro minutos de la obra de arte de James, Cavani
cobró un tiro libre que superó la barrera y pasó por encima del arco. Y luego,
a los 38, Ospina se graduó de arquerazo al atajar un remate de Álvaro González
que igual no valía, porque el línea había levantado la bandera por un fuera de
juego de Cavani.
Pero Colombia
supo tranquilizar el partido. No hubo que esperar mucho para volver a festejar.
Solo cinco minutos, desde el pitazo inicial del segundo tiempo. Y el 2-0 fue
una hermosa jugada colectiva: Cuadrado a Teo, Teo a Jackson, Jackson a Armero,
centro al segundo palo, Cuadrado de cabeza al centro y gol. ¿De quién? Sí, de
James. Otra vez. Y los brazos al cielo. Y el agradecimiento a Dios. Y la
locura, otra vez, en las tribunas, frente a los televisores. Una sinfonía de
fútbol.
Claro, no todo fue
perfecto. Colombia
terminó metiéndose un poco atrás y la pelota, en el cierre del encuentro, fue
uruguaya. Ahí apareció Ospina para hacer tres atajadas definitivas.
Ya la libreta de apuntes
había quedado olvidada en el escritorio. Ahora solo faltaba pararnos para
aplaudir a James cuando se fue del campo, todos de pie, para reconocer esa
extraordinaria labor: se fue a descansar como el goleador de Brasil-2014, nada
menos.
Y faltaba esa emoción de
escuchar el pitazo final, de empezar un festejo inédito para el fútbol
colombiano. De abrazarnos todos juntos y repetir esa emoción que los 23
jugadores, que Pékerman, que su cuerpo técnico, nos han regalado en el
Maracaná, el escenario de la mayor hazaña del fútbol uruguayo que ahora los
despide. Y que nos permitió sentirnos locales acá. El abrazo aún no ha terminado.
El sueño aún no se acaba, gracias a James, a Ospina, a Cuadrado, a todos,
todos,
todos…
Síntesis
Colombia: David Ospina; Camilo Zúñiga, Cristian Zapata, Mario Yepes, Pablo
Armero; Abel Aguilar, Carlos Sánchez; Juan Guillermo Cuadrado, James Rodríguez,
Jackson Martínez; Teófilo Gutiérrez
DT: José Pékerman
Uruguay: Fernando Muslera; Martín Cáceres, José María Giménez, Diego
Godín, Álvaro Pereira; Álvaro González, Egidio Arévalo Ríos, Maximiliano
Pereira, Cristian Rodríguez; Diego Forlan, Edinson Cavani
DT: Óscar Tabárez
Goles: James Rodríguez (28 PT y 5 ST)
JOSÉ ORLANDO ASCENCIO
Enviado especial de EL TIEMPO
Río de Janeiro.
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