El nominalismo voluntarista postmoderno, cuyo actual instrumento de dominio es la técnica, considera la naturaleza de las cosas como el enemigo número uno de la felicidad humana.
A este principio de ataque a la Ley Natural le viene como anillo de poder al dedo el pensamiento de la Nueva Era. Sencillamente, porque la técnica postmoderna es magia, onto-alquimia de género, robotización esotérica del alma humana y tecnificación pelagiana.
1 La técnica postmoderna, al servicio de la cultura de la muerte, tiene un principio alquímico, una fuerza antropocéntrica en combate contra la Ley Natural, con el objeto de transmutar las esencias y jugar a ser dioses.
2 Asistimos a un revivir de la Goeteia, como apunta Budziszewski en “Lo que no podemos ignorar”:
Goeteia es la “antigua práctica cuyo objetivo consistía en acumular poder saltándose la naturaleza, deformando sus formas, aniquilando lo creado“ (Edit. Rialp, Madrid, 2005, pág. 266)
”Esta es la esencia de la goeteia. No hay naturaleza; no hay nada dado; la realidad será lo que decidamos. Magia negra”. (Edit. Rialp, Madrid, 2005, Pág. 267)
3 La técnica postmodernista se ha comprometido ampliamente en el ataque a la naturaleza de las cosas y el desafío al Creador. Aquí la biotecnología tiene un componente pseudoespiritual alternativo al cristianismo. Así lo explica Budziszewski:
“La prioridad de los proyectos de clonación no es resolver la esterilidad de las parejas, sino crear confusión sobre la identidad humana. La eugenesia no apunta ante todo a curar una enfermedad, sino a que la criatrura destrone al Creador. (…) Estos movimientos “son la goeteia del futuro” (Obra cit., pág. 266)
4 Hay que estar permanentemente mostrando la verdad frente a los enredos del lenguaje de la goeteia postmoderna. La manipulación de los términos para alterar la realidad es lo que conduce a utilizar lo que Budziszewski denomina “embrujos goéticos". Llamar al aborto interrupción del embarazo no es más que eso, un embrujo lingüístico para alterar la realidad del hecho. Por esto habla este autor de la
“necesidad de abstenerse de la terminología (de la cultura de la muerte) contaminado de embrujos goéticos” (Obra cit. pág. 268)
5 La técnica postmodernista en general se propone ir más allá de su objetivo aparente. Ya no pretende sólo reducir el trabajo y ayudar al ser humano (objetivo lícito), sino servir a sus deseos de emanciparse de la inmutable Ley Natural para supuestamente hacerle feliz. Por eso encaja a las mil maravillas con la New Age.
-Así, no es extraño que el reiki penetre en los hospitales, el yoga se pretenda usar como terapia para las mujeres afectadas de síndrome post aborto, o el feng shui impregne la mentalidad de muchos arquitectos e ingenieros e incluso psicólogos. Asistimos al auge de la bioalquimia. Fecundación in vitro, manipulación genética, aborto, transmutaciones sexuales, clonación…
6. La impostura de la técnica comienza en el Renacimiento, con el anhelo del hombre nuevo pseudorrecreado no por la gracia, sino por la gnosis y su instrumento práctico, la magia.
6.1 La magia renacentista guarda algunas profundas semejanzas con el pensamiento de la New Age. Contempla el mundo atravesado de fuerzas o energías que el hombre puede llegar a dominar y poner a trabajar en el proyecto de alteración de las naturalezas creadas.
6.2 La supuesta superioridad de la mente sobre la razón, que es un principio básico del zen, ya fue afirmada por el mago Juan Reuchlin (1455-1522), que lo enseña en “De arte cabalística, I, fol IV, en que considera la razón insidiosa y contraria al conocimiento de Dios. Comienza la deconstrucción, ya preparada por el nominalismo postmedieval. Lo mismo enseña el zen: hay una mente superior a la razón, que se hace operativa cuando ésta última es deconstruida. Para el pensamiento de Reuchlin, la fe misma, malentendida como teología simbólica, sirve para deconstruir la razón, como parece querer demostrar en “De verbo mirifico” y De arte cabalística”.
6.3 Cornelio Agripa (1486-1535) en su obra “De occulta philosophia” enseña que el hombre está situado en el centro de las fuerzas espirituales del mundo, y dominándolas puede realizar milagros. Como explica Nicolás de Abbagnano en su “Historia de la Filosofía” :
“El hombre está situado en el punto central de los tres mundos y recoge en sí todo lo que está diseminado en las cosas. Esta situación le permite conocer la fuerza espiritual que tiene atado al mundo y servirse de ella para ejecutar acciones milagrosas. Nace de esta manera la magia, que es la ciencia más alta y completa, porque somete al hombre todas las potencias ocultas de la naturaleza” (Vol2, Hora, Barcelona, 1982, pág. 110)
6.4 En “De vanitate et incertitudine scientiarum” (1527) Agripa condena la ciencia como “peste del alma”, y contrapone a ella su visión mágicoespeculativa y antirracionalista de la fe.
6.5 Para el famoso Teofrasto Paracelso, (1493-1541) la magia tiene la capacidad de extraer del ser humano energías desconocidas y escondidas. Y Jerónimo Fracastoro (1483-1533), en “De sympathia et antipatía” contempla el universo como un complejo sistema atomistas de interinfluencias por simpatía cósmica, que es el fundamento mismo de la magia. El concepto de canalización y el holismo New Age están ya muy cerca.
6.6 El antropocentrismo técnico-mágico gusta de lo demoníaco. Es un tema recurrente en el cine contemporáneo, junto con la simbología robótica. Jerónimo Cardano (1501-1571) gusta de presentarse, en su autobiografía “De vita propia” como una figura demoniaca y espectacular relacionada, en lo pormenores biográficos, con el flujo de fuerzas ocultas y escondidas.
7 Juan Bautista de la Porta, (1535-1615) combina sus estudios ópticos, con los que rivaliza con Galileo, con sus investigaciones mágicas. En “Magia naturalis sive de miraculis rerum naturalium” distingue la magia diabólica, que se sirve de demonios, de la magia natural. Para Juan Bautista Helmont (1557-1644) la magia utiliza el aura vital para realizar hechos portentosos. De película.
8 Abbagnano afirma de Campanella ( 1568-1639) que en las fuerzas que agitan la naturaleza contempla éste el poder con que los magos hacen milagros (Obra citada, pág. 132) Y afirma que Campanella
“no quiere comprender la naturaleza, sino tomarla por asalto y dominarla”
Magia y Autoconciencia como pensamiento de la propia potencia oculta extendida a todos los seres naturales, no sólo al ser humano.
9 A la técnica, pues, ha confiado la postmodernidad la imposible misión de hacer felices a las personas. Es la gran impostura de la goeteia. Se retira el Logos, y se pone en su lugar al falso numen demónico.
10 Por el cine postmoderno contemplamos la ciudad terrenal poblada de personas robotizadas o de androides sin libertad.
11 En la Carta Encícilica Caritas in Veritate, Benedicto XVI realiza una profunda reflexión sobre la técnica (Capítulo Sexto, el desarrollo de los pueblos y la técnica).
“La técnica es el aspecto objetivo del actuar humano, cuyo origen y razón de ser está en el elemento subjetivo: el hombre que trabaja. Por eso, la técnica nunca es sólo técnica. Manifiesta quién es el hombre y cuáles son sus aspiraciones”
12 A continuación nos habla su poder autosuficiente, que posee elementos de autonomía propios para atravesar la naturaleza y límites propios de las cosas:
“70. El desarrollo tecnológico puede alentar la idea de la autosuficiencia de la técnica, cuando el hombre se pregunta sólo por el cómo, en vez de considerar los porqués que lo impulsan a actuar. Por eso, la técnica tiene un rostro ambiguo. Nacida de la creatividad humana como instrumento de la libertad de la persona, puede entenderse como elemento de una libertad absoluta, que desea prescindir de los límites inherentes a las cosas. El proceso de globalización podría sustituir las ideologías por la técnica, transformándose ella misma en un poder ideológico, que expondría a la humanidad al riesgo de encontrarse encerrada dentro de un a priori del cual no podría salir para encontrar el ser y la verdad.”
12.1 Y nos habla del poder de atracción de la tecnología, una fuerza atractiva a la cual es necesario responder:
“La técnica atrae fuertemente al hombre, porque lo rescata de las limitaciones físicas y le amplía el horizonte. Pero la libertad humana es ella misma sólo cuando responde a esta atracción de la técnica con decisiones que son fruto de la responsabilidad moral. De ahí la necesidad apremiante de una formación para un uso ético y responsable de la técnica. Conscientes de esta atracción de la técnica sobre el ser humano, se debe recuperar el verdadero sentido de la libertad, que no consiste en la seducción de una autonomía total, sino en la respuesta a la llamada del ser, comenzando por nuestro propio ser.”
12.2 Es necesaria la fe para ayudar a la razón científica a reorientar la técnica:
“Pero la racionalidad del quehacer técnico centrada sólo en sí misma se revela como irracional, porque comporta un rechazo firme del sentido y del valor. Por ello, la cerrazón a la trascendencia tropieza con la dificultad de pensar cómo es posible que de la nada haya surgido el ser y de la casualidad la inteligencia. Ante estos problemas tan dramáticos, razón y fe se ayudan mutuamente. Sólo juntas salvarán al hombre. Atraída por el puro quehacer técnico, la razón sin la fe se ve avocada a perderse en la ilusión de su propia omnipotencia. La fe sin la razón corre el riesgo de alejarse de la vida concreta de las personas”
13 Es notable que Benedicto XVI apunte que responder a la llamada del propio ser sea condición de una verdadera libertad, opuesta a la falsa que genera la ilusión de una técnica antropocéntrica que persigue la autonomía total.
13. 1 Aquí es necesario resaltar el papel fundamental que la filosofía realista y en concreto la metafísica del Angélico, con su potente filosofía del ser, puede jugar en la domesticación de la técnica, como diría Ernst Jünger, a la que hay que liberar de su servicio al ataque a las esencias y su combate contra la Ley Natural.
14 La técnica no genera objetos neutros sino potencialmente adictivos y autogeneradores de expansión.
15 La cultura postmoderna y sus “valores” antropocéntricos se expresan tecnológicamente. La tecnología postmoderna es la objetivación del antropocentrismo.
15.1 Ejemplo elocuente de esto es la anticoncepción. La tecnología anticonceptiva es la expresión de la mentalidad y la voluntad sexual de la postmodernidad. O para decirlo más claramente: la mentalidad sexual postmoderna expresa su cosmovisión a través de la tecnica anticonceptiva.
15.2 La mentalidad sexual postmoderna es anticonceptiva por influencia de la tecnología anticonceptiva. Es un círculo vicioso.
15.3 En definitiva. Ya no estamos ante “objetos” tecnológicos inertes, sino ante ACCIONES TECNOLÓGICAS, ante un OBRAR TECNOLÓGICO que es objetivación de la voluntad subjetiva del espíritu de la época.
Las acciones tecnológicas son pues realizaciones operantes del
“aspecto objetivo del actuar humano, cuyo origen y razón de ser está en el elemento subjetivo: el hombre que trabaja. Por eso, la técnica nunca es sólo técnica. Manifiesta quién es el hombre y cuáles son sus aspiraciones” (Caritas in Veritate, 69)
16 La técnica tiene un innato poder expansivo, aspira a penetrar, cada vez en mayor medida parcelas más profundas de la realidad.
17 La tecnificación puede llegar a alcanzar la intimidad misma del ser humano, de forma que incluso lo más íntimo, la propia vida sexual de la persona, está mediatizada técnicamente.
18 Los últimos avances tecnológicos apuntan a una fusión con el mundo de lo orgánico, al resurgir del mito de Saruman, la pseudocreación de una criatura técnica al servicio del poder y el dominio, a una inmaterialización de la técnica, que aspira a fundirse con los organismos, a hibridarse con la materia orgánica. Ha sido estudiado todo ello ampliamente por Ernst Jünger, inspirado por Bloy.
19 El sueño tecnológico de la postmodernidad es liberar al cuerpo de las ataduras de su propia naturaleza esencial, convirtiéndose en una especie de ontoalquimia totalizante. Así la técnica retorna a su fuente mala, que es el pensamiento mágico, y no a su fuente buena, que es un humanismo cristiano cristocéntrico.
20 Forma parte de la misión de la Iglesia la domesticación de la técnica en esta cultura de la muerte, mediante el Evangelio de la Gracia, que potencia sobrenaturalmente el sentido común. La razón iluminada por la fe, y auxiliada por la gracia, sujeta la técnica a un humanismo no-nominalista, sino realista y cristocéntrico, a partir del orden de las naturalezas creadas, y al servicio de la ley Natural.
Por: Alonso Gracián.
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