jueves, 18 de diciembre de 2014
El pesebre.
El pesebre según la lengua española, es una especie de cajón donde
comen las bestias.
Pero también significa en el lenguaje popular encontrase en
una situación de escases.
En algunos pueblos la gente
tocaba y cantaba pero en realidad no sabían lo que estaba pasando, en el fondo
las tradiciones navideñas hablaban
de algo grande en la historia, pero que a ciencia cierta no se sabía que era.
En algunas partes se
alumbraba con atrochas porque hacia un gran frio.
San Francisco de Asís se
invento el pesebre en el siglo XII, es una bonita costumbre de reproducir en
vivo el nacimiento de Jesús, es claro que aquel entonces se llamaba como aun le
dicen en España y en otros sitios: «Nacimiento» «Belén» para aplicarlo a
toda la escena que nos cuenta la misma biblia. En mi país Colombiano se decía «pesebrita» que termino llamándose «pesebre» por toda la gente.
Como el pesebre es algo creativo la gente lo hace como puede y quiere, es
una buena tradición, lo importante es que se haga con cariño y respeto, en mi país
se hace la novena, es algo muy hermoso; donde la tradición popular y la fe están
de la mano.
La iglesia Católica promovió
y sigue promoviendo el pesebre.
Durante los siglos XIV y XV
las iglesias italianas se llenan de hermosos pesebres fijos. El auge de la
escultura y la incorporación del espacio escénico y los detalles introducen
pesebres en las casas de los que tienen más dinero en Italia y en el mundo.
Se llamo pesebre por lo
mismo que nos cuenta la palabra de Dios es decir: “Y dio a luz a su hijo primogénito,
y lo envolvió en pañales y le acostó en un pesebre,
por no haber sitio para ellos en el mesón”. (Lc 2, 7). La misma escritura habla
de «pesebre».
Por otra parte hay dato que
no hay que olvidar. “No hay duda que los santos padres cuando dicen que Isaías
habla del pesebre de Belén, suelen advertir los elevados misterios que en aquellas
palabras significan, más que excluir los animales del pesebre, y reprobar la opinión
común, no basta que los padres digan que los animales eran figuras de los
pueblos, ó de otra cosa: sería menester que expresasen, que eran meras figuras y
que en realidad no estuvieron. De otra suerte el misterio no excluye al hecho, antes
le supone”[1]. Es de ver que por esto se
nota que lo importante es el misterio, más allá de lo que hay al redor del
mismo. Por ello el amor al pesebre en
el fondo es el amor a la encarnación de
Jesucristo.
Finalmente, al materializar
lo que tan solo se puede imaginar, es un elemento valioso y muy popular para
las celebraciones del nacimiento de
Jesús. Nos estamos refiriendo a la colocación de pesebres, una tradición hermosa que ha llegado hasta nuestros días,
no dejemos que esto tan bello se termine amigos lectores.
[1] AMADOR.
Félix. Tratado de la iglesia de Jesucristo o Eclesiástica. Imprenta de Don
Benito García y compañía, Madrid. 1806. 181p.
Escrito: Diego Fernando García Ochoa.
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Acerca de Diego García
Mi nombre es Diego Fernando García, soy el administrador del Pensamiento Serio.
Soy un lector de filosofía, libros que hablan de pensamiento humano, mi corriente filosófica es: neo-realismo analógico.
Escritor de blog, artículos, creador del proyecto «pensamiento serio» Es un sitio de filosofía sociedad y religión católica. Con recursos como: texto, imagen, audio , vídeo, diapositivas y diferentes formatos adaptados a este espacio.
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