Un año más hemos
celebrado el Encuentro de Navidad, como
cada año este tiene sus particularidades, unas buenas y otras no tan buenas.
Empiezo por las no tan
buenas, y así terminamos en seguida con lo negativo, que además se repite, y
este año de una manera palpable ya que las ausencias fueron notables, más de tres cáritas al completo. Si bien hay
que justificar algunas ausencias por el fallecimiento del hermano Jesús, de la
iglesia mayor, a quien deseamos que descanse en paz.
Las novedades dignas de
destacar son precisamente los voluntarios asistentes, que valoran la necesidad
de compartir unas horas de convivencia, y la elección del responsable de la
charla, ni se extendió más allá de
nuestra resistencia, ni nos defraudó en cuanto a su contenido y provecho.
Comenzó su intervención
el P. Silvio, párroco del Buen Pastor, expresándonos sus dudas sobre el
contenido de la charla, “hablaré de lo que pueda”, dijo, y sugirió que nosotros
propusiéramos el tema. Como es costumbre hoy en día, comenzó poniéndonos un
corto, breve, menos mal, y luego hizo unas preguntas, que más cortesía
intentamos responder algunos. Viendo que el público no le iba a facilitar las
cosas, comenzó en serio su exposición, y resultó de una claridad meridiana, y
de una oportunidad evidente.
El punto central de su
exposición consistía en dar razón del por qué de Cáritas, en bucear en la búsqueda
de su identidad, para encontrar su origen en el misterio mismo de Dios, en su
muerte y resurrección, demostrando así que la vida es más fuerte que la muerte.
Aprovechando la
enseñanza del corto resaltó el P. Silvio la importancia del lenguaje de los gestos en nuestras acogidas, somos responsables de
nuestros gestos y su incidencia en la persona que nos pide ayuda, y también de
saber interpretar los gestos del demandante para darles la satisfacción más
adecuada a sus necesidades.
Pero, desvivirse por
alguien no es una tarea fácil, ni gratificante siempre; a veces se producen
fracasos, abandono, e incluso la muerte, y no sabemos encajarla ni aceptarla;
no ver el resultado nos desanima. Si existe la muerte no merece la pena
molestarse…
Como ha dicho al
principio, Cáritas tiene su por qué, y su esencia es la participación en la
fiesta cristiana de la resurrección, que cree que la vida es más fuerte que la
muerte.
La celebración de la Navidad
responde a esta misma idea, y Cáritas, con sus atenciones hacia los menos
favorecidos, cree en la promesa de la vida, y además encuentra en la Virgen el
modo seguro de encontrar a Dios, y la prueba de delicadeza de trato de Dios para
con ella y todo aquel que lo acoja.
De una manera muy
pedagógica pasó el P. Silvio a explicarnos el gran misterio de la Anunciación y
la Encarnación, apoyando sus palabras en las imágenes del cuadro de fray Angélico (al que quieren beatificar, nos
dijo). En el cuadro está representada la historia completa, la razón de la
Encarnación. El la parte izquierda del cuadro está representada la situación
primordial del hombre, que vivía en el paraíso en comunión con Dios, pero el hombre rompe esa comunión y se vuelve
mortal. Dios los expulsa del paraíso, pero no los abandona, su espíritu está
siempre presente, y también envía al arcángel Gabriel que se inclina ante una
mujer, ante María.
Dios acompaña al hombre
e interviene en la historia, pero no se impone, le deja libertad para elegir el
cielo, donde hay un humano que acepta la voluntad de Dios allí está el cielo. María
es dócil y deja hacer a Dios. Así la Navidad es la nueva creación, que se basa
en el sí de María, que está con Dios. Cuando el justo escucha a Dios…
El voluntario, con su
vulnerabilidad, da testimonio de que la vida es más fuerte que la muerte, auque
algunos se pierdan.
Una charla, interesantísima,
provechosa, oportuna en el tiempo para saciar la sed de palabras clarificadoras
del Gran misterio de la Encarnación y la Natividad, así como para alentarnos en
nuestro voluntariado, que en esta época del año requiere un esfuerzo mayor. Y finalizó
con una oración muy popular: Bendita sea tu pureza…
A continuación, sin
solución de continuidad…o sea, sin levantarnos del asiento, nuestras
impresionantes técnicos (después de voluntarias), nos presentaron la campaña de
cáritas para los tres próximos años. El comienzo es muy sugerente, y enlaza con
el fondo de la charla: “¿Qué has haces con tu hermano?”, así, en presente, para
llamar la atención sobre nuestros modos de vida, de todos y cada uno de los
mortales. El resto es una síntesis impactante de las cifras y datos del informe
Foesa de este año, y que no ha dejado indiferente a nadie, y tampoco al
gobierno.
No pudo ser la
Eucaristía, y hubo una demanda espontánea para que se haga la próxima vez sólo para
nosotros y sin desplazamientos, ganando un poco de tiempo para la convivencia,
que siempre resulta algo escasa, o se reserva para el final con el ágape. Ahí
queda la propuesta.
Adelante con esto, buena acción.
ResponderEliminarMe gusta este punto de vista.
Recordemos que el mejor amor es el «ágape».