domingo, 4 de enero de 2015
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Dr. Puig: «España es el país de Europa con mayor tasa de aborto»
Dr. Puig: «España es el país de Europa con mayor tasa de aborto»
El doctor Fernando Puig es uno de los pocos ginecólogos de Barcelona que se niega a practicar abortos y hace todo lo posible para que las mujeres que van a su clínica decidan seguir adelante con su embarazo. Él mismo reconoce que no debe haber más de 6 ginecólogos como él en toda Barcelona, por eso hoy hemos querido hablar con él.
En el momento de la concepción, es decir, cuando un espermatozoide penetra en el óvulo. En ese momento ya tenemos toda la carga genética para ser lo que somos. No se trata solo de la unión de dos células.
Lo único que cambia desde este momento hasta que nacemos y nos hacemos mayores es tiempo. Tiempo para que podamos desarrollarnos, para que podamos madurar y para que cada vez seamos menos dependientes.
Sí.
Desde el punto de vista genético es indiscutible que la unión de esas dos células contiene toda la carga genética, lo que pasa es que hay gente que sostiene que hasta que no hay una implantación de este embrión –un nexo de unión directo con la madre- no es un ser humano.
Una semana.
Hemos tenido a una ministra, Bibiana Aído, que fue la promotora de la actual Ley del Aborto, que decía que no hay vida humana hasta la semana doce, aunque no sé de dónde sacó eso, se lo inventó. Antes de la semana doce, decía, era una vida pero no humana. Nadie se atrevería a decir esto, no tiene ningún respaldo científico. Lo que yo me pregunto es: «si no es vida humana antes de la semana doce, ¿qué tipo de vida es? ¿mineral? ¿vegetal?».
La Ley del Aborto se ha sostenido siempre en cuanto a la viabilidad de un feto fuera de su madre. Y eso está un poco en el aire porque la ciencia neonatológica avanza de tal manera que fetos prematuros que antes nacían por ejemplo en la semana 24 ahora sobreviven. Se utilizaba este criterio para determinar que hasta la semana 24 se podían practicar abortos. Esa era la frontera, si eran o no viables fuera del vientre materno, pero esta frontera en los últimos años se ha desplazado, la ciencia ha avanzado y los que antes morían ahora sobreviven.
El aborto provocado es cuando una mujer con un embarazo viable pone los medios para dejar de estarlo. A mi nunca me ha gustado llamarle Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) porque ni es una interrupción ni es voluntaria.
Interrupción quiere decir que es como un interruptor, puedes encenderlo y apagarlo, pero si una mujer interrumpe su embarazo es una decisión irrevocable, no puedes volver atrás. Es por tanto una finalización del embarazo. Y tampoco es voluntaria porque la mujer está habitualmente sometida a muchas presiones; sociales, laborales, económicas, familiares…Muchas mujeres que abortan no han tomado una decisión voluntariamente.
Legalmente hasta la semana 24, lo que vendrían a ser 6 meses. En esa etapa estamos hablando de un bebé completamente desarrollado, que ha terminado ya el desarrollo, solo le queda madurar. De hecho no cabe una malformación después de la semana doce porque en la semana doce ya está el feto formado. Pero es que de hecho, a los 26 días de vida ya tienen todos los órganos formados. Y por si fuera poco en la semana 8 tiene huellas dactilares. Lo que nos identifica en un aeropuerto con un DNI ya se tiene en la semana ocho. Eso es vida humana y además identificable.
Basta saber que desgraciadamente España es el país de Europa con mayor tasa de aborto. Solamente nos ganan en número Francia e Inglaterra.
Depende del momento en el que se decida terminar con este embarazo. Lo habitual es el legrado por aspiración que consiste en dilatar el cuello del útero e introducir un tubo que lo que hace es triturar el embrión y luego aspirarlo a trocitos. Esto es lo habitual porque la mayor parte de los abortos se hacen antes de la semana doce.
Entonces se hace por envenenamiento salino. Se introduce dentro del líquido amniótico una solución salina hipertónica que lo que hace es quemar al bebé, lo destruye, y luego se tritura igualmente. Aunque también se puede introducir una aguja, como si fuese una amniocentesis, e introducir aire en el cordón umbilical para provocarle una embolia y matarlo.
Pueden pasar unas horas. Varía en función de las dosis y el momento del embarazo. Tengo vídeos de abortos en los que el embrión ha salido entero y encima de la mano de la ginecóloga que le ha abortado todavía sigue moviéndose hasta que finalmente muere.
Las cosas hay que tratarlas tal cuál son. No podemos dulcificarlas con eufemismos. Por eso a mí tampoco me gusta hablar de embarazos deseados y no deseados, en mis historias clínicas hablo de embarazos intencionales –en los que la pareja tiene la intención de buscar un embaraz– e inesperados.
Quizás pensar que se trata de un aborto terapéutico, aunque yo no le encuentro ningún sentido. Se dice que se practica para curar, pero como tal un aborto nunca cura nada. Entonces, «¿qué es lo que a un médico le mueve para practicar un aborto? No lo sé. No lo entiendo». Supongo que la motivación mayor es que es un negocio. Y supongo que algunos querrán mirar para otra parte e intentar entender que esto solo es «algo que depende de la madre» y que por tanto es ella quien decide.
El doctor Bernard Nathanson era «el rey del aborto» en EE.UU. Practicó 60.000 abortos, se dedicaba solo a esto, practicaba abortos a amigos e incluso practicó un aborto a su mujer, pero un día se dio cuenta de que lo que estaba haciendo no podía ser bueno y se convirtió en el principal activista pro-vida en Estados Unidos.
Un día un médico amigo suyo grabó en vídeo un aborto que Bernard Nathanson estaba practicando e hizo una ecografía en la que se veía que el feto que estaba siendo abortado se defendía y luchaba contra lo que Nathanson le estaba haciendo. Fue esa imagen la que le cambió.
Hay un activista en EE.UU, Greg Cunningham, que pensó que lo mejor para que la gente fuera consciente del aborto era tratar con imágenes reales lo que es realmente un aborto. Se dio cuenta de esto porque hasta que en EE.UU o Inglaterra no empezaron a tratar con imágenes la esclavitud que se ejercía con los negros no cambió la conciencia social. Y ahora parece que después de un periodo en el que la sociedad norteamericana era pro-aborto ha habido un cambio y mayoritariamente es pro-vida.
Primero intento concienciarla de lo que significa estar embarazada. Le intento explicar que aunque este embrión es muy pequeñito, en la vida uno no es más o menos importante dependiendo del tamaño o de la edad. Si un embrión de 5 semanas tiene menos derechos que uno de 28 semanas, por reducción al absurdo un niño de 5 años tendría menos derechos que uno de 20.
Le digo también que aunque esté dentro de ella y aunque dependa de ella el embrión no es ella, es un ser humano único e irrepetible y es ella la única que puede custodiar su vida hasta que nazca. Y también intento hacerles una ecografía para que se den cuenta de que tiene un latido cardíaco diferente al suyo y que se mueve. Y sobre todo intento darle apoyo, no puedes decirle a una persona que una cosa está mal y no darle opciones.
Normalmente sí.
Ambos solemos coincidir en que las decisiones trascendentes e importantes de esta vida no puedes tomarlas de forma precipitada, hay que tomarlas con tranquilidad, con sosiego.
Yo no conozco a ninguna paciente que se haya quedado embarazada de forma inesperada y que haya decidido seguir adelante con el embarazo y luego se haya arrepentido. Y cuando digo ninguna es ninguna. Sin embargo conozco muchas pacientes que tomando la decisión de acabar con ese embarazo y luego se han arrepentido, porque el síndrome post-aborto es una realidad.
Yo siempre intento convencerlas de que se den tiempo, el tiempo siempre es un buen consejero. Si aún y así deciden abortar entonces ya se van a a otro sitio, y si deciden finalmente seguir adelante con el embarazo las ayudo, muchas veces de forma gratuita porque me las mandan de asociaciones pro-vida y son mujeres que necesitan ayuda. Esa es mi forma de ayudarlas, llevarles todo el embarazo de forma gratuita.
Me atrevería a decir que el grueso de los ginecólogos se mantienen al margen. Ni se manifiestan pro-vida ni pro-aborto. Son ginecólogos que como no se mojan, apoyan la decisión que tome la mujer sea cual sea. Si quiere seguir adelante pues perfecto y si quiere abortar le dan una tarjeta de un sitio que practica abortos y se quedan tan contentos.
Luego hay una minoría muy minoritaria que somos ya conocidos y declarados pro-vida y que seremos unos 5-6 en toda Barcelona. Y luego hay ginecólogos que se dedican a abortar, y solo abortan, no hacen nada más. Aunque espero y deseo que haya muchos más que yo no conozca y que piensen como yo.
Todos los médicos estamos para salvar vidas, para ayudar, conceptualmente no me cabe en la cabeza que alguien no haga esto. Hay casos muy complicados y soluciones muy difíciles, pero el aborto siempre es la peor solución. Que un médico decida practicar un aborto tiene que ver más con unos principios ideológicos que con unos principios científicos.
Acerca de Diego García
Mi nombre es Diego Fernando García, soy el administrador del Pensamiento Serio.
Soy un lector de filosofía, libros que hablan de pensamiento humano, mi corriente filosófica es: neo-realismo analógico.
Escritor de blog, artículos, creador del proyecto «pensamiento serio» Es un sitio de filosofía sociedad y religión católica. Con recursos como: texto, imagen, audio , vídeo, diapositivas y diferentes formatos adaptados a este espacio.
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