domingo, 15 de febrero de 2015
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Construyendo las estructuras humanas, no se llega a Dios
Construyendo las estructuras humanas, no se llega a Dios
En el
Evangelio de hoy domingo, un leproso se acerca a Cristo y le dice: “Si quieres purifícame” y Cristo, conmovido, le
toco diciendo “Lo quiero, queda purificado”.
¿En quien confiamos? ¿En Dios o en nuestras fuerzas y estructuras? Las fuerzas
y estructuras humanas son necesarias para objetivos humanos. La mano de Cristo
es necesaria para sanar nuestra realidad cotidiana.
Como el
leproso, podemos aproximarnos a Cristo solicitando con confianza y certeza, que
sí el quiere, los errores, corrupciones y pecados serán borrados de nosotros.
Lo curioso es que normalmente acudimos a las fuerzas humanas y creamos Torres
de Babel inmensas, que creemos que serán las herramientas de la salvación. Sin
duda estas fuerzas y estructuras a veces nos confunden y desvían del camino.
Acerca de Miserere mei Domine
Mi nombre es Diego Fernando García, soy el administrador del Pensamiento Serio.
Soy un lector de filosofía, libros que hablan de pensamiento humano, mi corriente filosófica es: neo-realismo analógico.
Escritor de blog, artículos, creador del proyecto «pensamiento serio» Es un sitio de filosofía sociedad y religión católica. Con recursos como: texto, imagen, audio , vídeo, diapositivas y diferentes formatos adaptados a este espacio.
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