¿Qué dice la Iglesia respecto a la inseminación artificial? ¿Existe un derecho a tener hijos? ¿Qué deben hacer los esposos cuando no logran tener hijos? ¿Qué piensa la iglesia católica del niño nacido de una fecundación artificial?
¿Cuál es la posición de la iglesia católica respecto a la inseminación y fecundación artificiales?
Estos son algunos principios de carácter general que se deben tener en cuenta para la evaluación moral de estas técnicas:
la ley divina y las leyes hechas por los hombres son diferentes. El cristiano sigue la ley divina ;
no todo lo que es científica y técnicamente posible es también moralmente admisible ;
no es justo obtener un bien por medio del mal, pues el fin no justifica los medios. Por lo tanto, el servicio a la vida que se hace por medio de la fecundación artificial, se realiza con medios ilícitos;
no somos ni dueños, ni creadores, sino administradores de la vida (en todas sus etapas);
es necesario defender el carácter sagrado de la vida sobre todo en el momento del nacimiento y de la muerte;
se debe respetar el principio según el cual no compete al hombre establecer arbitrariamente lo que está bien o está mal; al igual que se debe rechazar el principio de la exaltación del libre arbitrio, del propio yo, sin referencia alguna ni a la ley de Dios ni a los derechos del concebido;
todo niño por nacer tiene derecho a tener un padre y una madre y a conocerlos; a poseer una identidad biológica y afectiva. Este derecho debe ser reconocido y tutelado también por la legislación humana, pues el niño por nacer pertenece a la categoría de los más débiles e indefensos…;
con respecto al concepto de naturaleza: según los católicos, la naturaleza es normativa (también la Constitución italiana comparte esta idea, ya que habla de la familia basada en el matrimonio como ‘sociedad natural’). En cambio, otros sostienen que la naturaleza es un mero postulado cultural y, por eso, sujeto a un libre contrato y manipulación.
¿Cuándo se da la inseminación y la fecundación artificiales homólogas?
Cuando el espermatozoide y el óvulo provienen de la misma pareja (un hombre y una mujer unidos en matrimonio).
¿Y las heteròlogas?
Cuando el espermatozoide y el óvulo no provienen de la misma pareja unida en matrimonio.
¿Por que la inseminacion y la fecundacion artificiales son moralmente inaceptables?
Porque en ambos casos, en el acto conyugal, se disocian el significado procreador (la apertura a la transmisión de la vida) y unitivo (la mutua donación de los cónyuges). La persona no debe romper la conexión inseparable que Dios ha querido poner entre las dos finalidades del acto conyugal: unitiva y procreadora. La procreación debe ser fruto del acto conyugal. Pío XII, ya en 1956, lo expresaba de este modo:
«El hijo es el fruto de la unión conyugal, a cuya plenitud conducen las funciones orgánicas y emociones sensibles que están relacionadas. También en el modo en el cual un nuevo sujeto es llamado a la vida debe ser protegida su dignidad como persona humana. Una persona humana no puede ser producida como una ‘cosa’, sino que tiene derecho a ser generada como fruto de un gesto de amor entre dos personas que han formado una comunidad estable. En el acto conyugal, expresión propiamente específica y completa del amor, el hijo se transforma en el don, que no sólo expresa su amor sino que lo encarna; en la unidad de este acto deben ser comprendidas las condiciones biológicas de la generación. »
También porque se instaura un dominio de la técnica sobre el origen y destino de la persona humana. Apenas la procreación se inserta en un contexto técnico-instrumental origina el tratamiento técnico-instrumental del concebido mismo, a pesar de la buena voluntad subjetiva.
Esta técnica de manipulación:
desnaturaliza el matrimonio, mortifica la procreación, lesiona la dignidad y los derechos del niño que, por otra parte, es la persona más débil e indefensa; instaura una fábrica de niños; favorece el riesgo de manipulación grave de la vida, de la persona;
causa un desperdicio de embriones (los llamados “embriones sobrantes”): es ilícita tanto la producción de embriones como su congelamiento. Y con más razón, su destrucción. El embrión es un ser humano con los derechos constitutivos de una persona .
se busca garantizar más los derechos de los adultos (que desean a toda costa un hijo) que los del hijo (que tiene derecho a ser concebido por un acto de comunión del amor conyugal): el más necesitado de garantías por parte de la sociedad, debería ser el hijo que es más indefenso. ¡Es necesario tutelar al menor!;
en muchos casos requiere que los espermatozoides sean obtenidos mediante masturbación, que es un acto inmoral;
causa varios problemas prácticos, al menos seis:
el fracaso de esta metodología (el éxito es sólo del 18-20%);
el enorme desperdicio de embriones (se pierde al menos el 80% de los embriones producidos en probeta);
3la alta probabilidad de aborto (la gran mayoría de los embriones producidos en probeta y transferidos en el útero son abortados espontáneamente en cualquier momento de la gestación);
la ruptura antropológica y afectiva del vínculo sexualidad-procreación (la procreación: fruto del ser una sola carne);
los riesgos de enfermedades y malformaciones (daños devastadores, serios, sustanciales);
los efectos económicos degradantes (compra-venta/comercio de óvulos y espermatozoides, alquiler de úteros…-liberalismo salvaje-); crean el riesgo de una explotación económica del que va a nacer.
Las fecundaciones heterologas, mas alla de los problemas indicados para las homologas, ¿crean otros problemas que aumentan su inmoralidad?
Sí. De hecho las fecundaciones heterólogas:
lesionan el derecho del niño por nacer de un padre y una madre por él conocidos, unidos en matrimonio y que tienen el derecho exclusivo a ser padres solamente el uno a través del otro;
no respetan el derecho (objetivo y subjetivo) de:
nacer de una familia estable;
conocer la identidad de los padres y la conformidad al propio patrimonio genético;
tener una identidad no sólo biológica sino también afectiva y educativa, y una correspondencia entre estas;
crean la imposibilidad de controlar la difusión de las enfermedades genéticas con el anonimato de los donadores;
crean el peligro del incesto, a causa de la fecundación de varias mujeres con el mismo tipo de semen externo a la pareja;
favorecen la maternidad sucedánea o sustitutiva, que son ilícitas; la técnica del alquiler del útero trastorna el orden natural de la procreación, que postula la unidad del sujeto de las operaciones fundamentales que se desarrollan en la generación humana: la concepción y la simultánea gestación. Esta unidad es un derecho inalienable demandado sobre todo por la dignidad del ser humano por nacer. Además no permite la identificación del recién nacido. Causa la presencia de personas ajenas (es lo que sucede en la maternidad sustitutiva; tres padres biológicos…..);
favorecen el riesgo: de una retribución en dinero; de una nueva forma de comercialización del cuerpo femenino; un posible atropello y aprovechamiento por parte de los más fuertes sobre mujeres débiles y solas.
¿Existe un derecho a tener hijos?
No existe un derecho a tener hijos porque son un don de Dios, el don más grande del matrimonio. Con la pretensión de tenerlos, prevalece el tener sobre el ser. El hijo es reducido a un objeto. Así se llega al colmo en lo que se refiere al respeto de los valores humanos, cuando un hijo es ‘ordenado o adquirido’, como se puede hacer en un negocio de muñecas, superando los límites que ha puesto la naturaleza, llegando a una verdadera arbitrariedad sobre la vida de los demás.
¿Qué pueden hacer los esposos cuando no tienen hijos?
Aquellos que poseen problemas de infertilidad deben ser ayudados mediante investigaciones, terapias y técnicas médicas, éticamente lícitas.
En caso de que el don del hijo no fuera concedido, los esposos, después de haber agotado los legítimos recursos de la medicina, pueden mostrar su generosidad mediante el cuidado o la adopción, o bien, cumpliendo servicios significativos a favor del prójimo. De este modo realizan una preciosa fecundidad espiritual.
¿Cuando la inseminacion/fecundacion artificial es aceptable?
Es aceptable con tres condiciones:
debe realizarse al interno de la pareja unida en un vínculo matrimonial estable;
debe ser efectuada con una relación sexual conyugal, y no obteniendo el semen a través de la masturbación o evitando la relación sexual conyugal;
no debe implicar intervenciones ilícitas o notables riesgos que dañen el embrión o feto.
Por lo tanto, el bien común exige que para cada embrión humano se garanticen completamente los siguientes tres derechos:
el derecho a ser tratado como sujeto y no como objeto;
el derecho inviolable a la vida;
el derecho a nacer en y desde una misma pareja heterosexual unida en matrimonio.
¿Qué piensa la iglesia católica del niño nacido de una fecundación artificial?
Una vez concebido, el niño tiene todos los derechos y deberes de las demás personas, tiene la misma dignidad, merece el mismo respeto de todos los otros seres humanos.
¿A qué principios hay que tener presente?
Es necesario tener presente al principio del ‘plano inclinado’ : una vez admitida la legitimidad de la fecundación artificial, la misma se extiende cada vez más (deslizamiento fatal e imparable), como sucede también en otros sectores, como el del aborto, la eutanasia, la clonación (terapéutica y eugenésica….). El principio del ‘plano inclinado’ sobreentiende como no absolutos los valores que se deben tutelar y está acompañado de un evidente relativismo moral.
Es necesario salvaguardar la prioridad, la preponderancia del ser sobre el tener. Con la fecundación artificial prevalece el deseo de los padres de tener un hijo ‘a toda costa’, sobre el ser mismo del hijo. El ser sujeto humano del hijo requiere el respeto de su dignidad, ya desde el inicio de su existencia: ser concebido en un acto de amor de un padre y una madre, conocidos e identificables, que unidos en un matrimonio indisoluble le puedan garantizar un crecimiento integral y armonioso.
Dicen algunos: la ley que permite la fecundación homóloga/heteróloga no obliga a ninguno a hacer lo que no quiere.
Es necesario responder: A alguien si se le obliga: ¡Al que está por nacer! El cual, según esta ley, está obligado a venir al mundo sin padre y madre conocidos por él.
El Primicerio
De la Basílica de San Carlos y San Ambrosio
Monsignor Raffaello Martinelli
NB: Para profundizar el argumento, se pueden leer los siguientes documentos pontificios:
Pablo VI, Humanae vitae, 1968;
Juan Pablo II, Familiaris consortio, 1982;
Congregación Para La Doctrina De La Fe, Donum vitae, 1987.
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