viernes, 20 de marzo de 2015
"Sociedad virtual" frente a la ciudad de Dios
Más perdidos que Pulgarcito.
En un exceso de confianza en nosotros mismos, nos hemos olvidado de ir soltando
miguitas de pan, piedrecitas o un hilo que nos permitiera el regreso al hogar,
a los principios, y así poder regresar de la peligrosa aventura tras el
progreso, conducidos por el alegre y embaucador Flautista de Hamelin.
Ahora, como niños incautos,
estamos encerrados en la cueva, sin protección y desorientados, mientras el Flautista
reclama su recompensa, según lo estipulado en el contrato. Los poderosos, dueños
del progreso y del capital, hacen ahora
oídos sordos, no quieren asumir su responsabilidad. El progreso ha cobrado vida
propia, cual monstruo infernal que se traga todo y a todos, empezando por los inocentes
niños, solos y abandonados a su suerte en la cueva, esparciendo así una sombra
de tristeza en muchos hogares, pueblos y ciudades, que impide ver la salida
hacia un futuro más amable.
Ahí andamos, envueltos
en las redes de una complicada sociedad virtual, encantados con la sensación de
manipular la realidad a nuestro antojo, sintiéndonos así autónomos, felices. Tanto que
algunos pueden llegar a sentirse como diosecillos, imitando a los dioses de las
mitologías paganas de la antigüedad, que se entretenían complicándoles la vida
a los seres humanos, y poniéndoles toda clase de obstáculos para que nunca consiguieran
su propósito: ser como dioses, y habitar en el Olimpo.
La mitología, los
cuentos antiguos y clásicos, incluso la religión, se han ido retirando de los
centros educativos de la cultura, porque son alienantes, y provocaban miedos y
traumas infantiles… Aunque más bien nos defendían de nosotros mismos, del
orgullo, de la avaricia, de la crueldad… Ahora, con la realidad virtual no hay quien ponga límite a la imaginación, todo
se crea y se destruye en un abrir y cerrar de ojos, con tocar un botón
conseguimos verdaderas proezas…
En fin, que hemos
cometido una imprudencia fatal, hemos dejado de poner pistas para encontrar el
camino de regreso de nuestras aventuras exploradoras, unas porque se
encontraban en vía muerta y otras eran demasiado peligrosas. Ahora estamos a
merced de la impiedad más amenazadora, no tenemos que ir a lugares lejanos para
encontrarnos con los monstruos temibles que nos atacan sin motivo, sólo porque
son por naturaleza devoradores de hombres imprudentes, osados, que se han
olvidado de su débil naturaleza.
Al romper el vínculo
con el creador, hemos creído que se puede eliminar la libertad de elección entre el bien y el mal, que todo
nos está permitido; así, ya no tenemos
que dar cuenta de nuestros actos, ni somos responsables ante nadie, ni siquiera
ante nuestro Padre, que nos dio el ser… Por eso cada vez nos cuesta más elegir lo que
en verdad más nos conviene a nosotros y también a los demás.
En cambio, siguiendo la
senda del Creador, entonces no temes avanzar, porque contigo van su vara y su
cayado que te libran del temor irracional, “virtual”, y del cansancio, y en
verdes praderas te hace recostar; te
conduce hacia fuentes tranquilas, prepara una mesa y repara tus fuerzas. Te conduce
por el sendero justo, por el honor de su nombre, su bondad y su misericordia te acompañarán
todos los días de tu vida.
Acerca de Octovilo Mateos Matilla
Mi nombre es Diego Fernando García, soy el administrador del Pensamiento Serio.
Soy un lector de filosofía, libros que hablan de pensamiento humano, mi corriente filosófica es: neo-realismo analógico.
Escritor de blog, artículos, creador del proyecto «pensamiento serio» Es un sitio de filosofía sociedad y religión católica. Con recursos como: texto, imagen, audio , vídeo, diapositivas y diferentes formatos adaptados a este espacio.
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