Estamos
comenzando el Adviento, que es el comienzo de
un nuevo año
litúrgico, algo así como un nuevo curso,
en el que
Jesucristo nos quiere enseñar muchas cosas
provechosas para
nuestra salvación. Y para que
podamos aprender
sus enseñanzas y las asimilemos
en nuestro corazón, es necesario tener la
actitud de
un niño que
quiere aprender. Necesitamos ser
sencillos y
humildes. Este es el mensaje de este
día que nos da
Jesús. Aunque creamos que estamos
adelantados en
virtud, para Dios siempre somos niños.
Si logramos ser
ante Dios como niños, podremos escuchar
de Jesús lo que
hoy les dice a los apóstoles: “Dichosos
los ojos que ven lo que vosotros veis”.
Acababan de
llegar los 72 discípulos, a quienes había
enviado Jesús a
misionar por aquellos pueblos.
Llegaban muy
contentos por los portentos que habían
hecho en el
nombre de Jesús y sobre todo porque
veían que los demonios eran expulsados. Jesús
se
llenó también de
gozo. A veces sólo queremos ver
a Jesús triste y serio, que lo estaba a causa
de los pecados;
pero Jesús era profundamente feliz
con la posesión
del Espíritu Santo. Sobre esta
posesión del
Espíritu Santo nos habla el evangelio
cuando salió
Jesús del bautismo. Uno de los frutos
el Espíritu
Santo es el gozo, la alegría. Ahora Jesús
hace salir al
exterior el gozo que tenía en su
corazón, e
“inundado de gozo” comienza a alabar a
Dios Padre. Se
le nota a Jesús radiante. Lo
manifiesta en
sus palabras, aunque sería grandioso
poder ver sus gestos, su tono de voz, su
rostro.
Alabar y
bendecir a Dios es la oración más hermosa,
juntamente con la acción de gracias. Hoy le alaba
y da gracias por
las maravillas que hace en el
corazón de la
gente sencilla. Sencillo es aquel que
es diáfano y transparente,
el que no oculta
nada, quien no
tiene doblez. Y lo contrapone a los
“sabios y prudentes”. Porque hay mucha gente
que se cree que
no necesita nada de Dios, se
creen muy
sabios, pero en realidad se van
alejando del
supremo Bien y la suma Verdad.
Los sabios y
prudentes no aceptan la
palabra de Dios
porque se creen autosuficientes.
Algunos se creen mejores porque creen unirse
con Dios sin
pasar por Jesucristo, cambian la
verdadera fe por
ideologías que les
parecen más
modernas, por falsos espiritualismos.
Y lo peor es que
desprecian a quienes tienen el
corazón sencillo
ante los mensajes salvadores de
Jesús.
Pero Dios ha
escogido siempre a los sencillos de
corazón para sus
grandes obras. En la Biblia
aparece
muchas veces
este aspecto: desde David, que era el
último de los hermanos, hasta la Virgen María, quien
en el Magnificat
dijo que Dios iba a exaltar a los humildes.
Jesús lo hace en
su vida, como cuando alabó
a la viuda pobre
que echa unos centavos para el templo.
En la historia de la Iglesia encontramos que
cuando la
Virgen María quiere darnos alguna revelación
especial,
se aparece a los
humildes, como Juan Diego,
Bernardette o
los pastorcillos de Fátima.
Jesús nos
entrega el misterio de su Reino, pero sólo
lo comprenden
los humildes y sencillos. Ser sencillo
es permitir que Dios venga invadiendo todos
los
ámbitos de la
vida: ilumine el pensamiento,
fortalezca la
voluntad, oriente los sentimientos y que
marque el
criterio de nuestro comportamiento.
En una palabra;
que Jesús sea nuestro Señor,
no que lo sean
las riquezas o el poder. Si Dios
es el Señor,
vendrá la verdadera alegría. No
una alegría externa y pasajera, como algunos
esperan para
Navidad, sino la alegría que sale
del corazón, la
que espera Dios en la Navidad:
un
acrecentamiento de la salvación para nosotros,
para nuestros
hogares y para el mundo entero.
Esto es lo que
nos pide la Iglesia
en el Adviento:
que tengamos el
corazón abierto a las gracias de
Dios, pues las quiere derramar en abundancia
al recordar su
venida en la primera Navidad.
Abrir el corazón
al don de Dios y alegrarse por la
salvación es ser
humilde y sencillo ante el Señor.
Ver lo que otros
no ven es descubrir la presencia de
Dios y salir a
su encuentro con expectación. Jesús les
invita a sus
discípulos a que se alegren porque el
plan del Reino
puede hacerse realidad.
Pùblicado primero en mi otro
blog.
http://diegodfgo.blogspot.com.co/2015/12/comenzando-el-adviento.html#more
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