Amigos de mi blog, les traigo un tema de moda y de impacto social y filosófico, que tiene que ver mucho con la guerra semántica, y con las ideas de hoy.
El relativismo, un tema importante a tener en cuenta para analizar la problemática de la sociedad actual en la que vemos el hombre pretexto del uso de la libertad en la cual se pisotea la libertad de otros. Sabemos que existen normas o verdades universales e inmutables, no sólo para unos cuantos, sino para toda la humanidad; estas normas garantizar el respeto a la dignidad humana; pero el pensamiento relativista que prima actualmente, lleva a pensar que todo es opinable y que todo depende del parecer de cada quien, por eso oímos decir:”cada cual debe vivir según su moral”, es decir, los valores morales son dictados por la conciencia y parecer de cada quien, eso equivale a aceptar cuanta barbaridad sea posible, sin importar el bien común sólo el personal, pensar por ejemplo: “Allá tu con tus opiniones”, “el concepto que tú tienes de una buena sociedad es diferente del mío”, “para ti la droga será nociva, no para mí”, y es que el relativismo permite que se impongan las ideas más descabelladas. Estemos atentos amigos lectores de mi blog conversemos sobre este tema con nuestros conocidos sobre todo con los jóvenes, que se están desarrollando dentro de esta corriente relativista, que se encuentra en todos los ámbitos donde nos desenvolvemos.
El relativismo es un cáncer. La televisión nos tiene acostumbrados a que todo vale: el aborto, la eutanasia, matrimonio entre homosexuales, matar a alguien y luego comerse su carne como ha pasado ya, que la ideología tiene quien aprueba la muerte de un inocente…
El relativismo nos endulza el pecado con una golosina. Con la falsa idea que: «que no hay verdad absoluta, la única verdad que existe es que no hay verdad», los que afirman esta premisas olvidan que el sofisma de manipulación expresado por ellos mismo, dicen: «no existen verdad» y luego se contradicen cuando afirman «que la única verdad que existe es que no hay verdad». Y si no afirman la segunda premisa, se sobreentiende que hay un error lógico, ¿Por qué si no hay verdad absoluta, por qué hay que creer que la verdad absoluta es que no hay verdad absoluta? Por esta afirmación su argumentación cae por sí misma. Todos sabemos que existen verdades absolutas. Pero el relativismo las niega, pero en lo práctico, esto no se puede sostener.
La verdad es absoluta, exclusiva y universal y no es relativista. Un ejemplo de verdad absoluta es la suma de (2+2 = 4) cuatro es la verdad, nadie en el universo pude dar otra respuesta, por lo tanto la verdad no es opinable. Esto quiere decir que si hay verdades absolutas, la respuesta no puede ser cinco u otro número. La respuesta no es relativa sino absoluta. De la misma forma es la moral, no es relativa ni opinión es absoluta, otro ejemplo es moral o inmoral: “que se mate a la gente por ser judío” esto es inmoral cualquiera lo puede decir, pero este caso paso en la segunda guerra mundial los nacis estaban haciendo algo moral para ellos es decir matar a los judíos, pero tu amigo lector o lectora sabe que esto está mal, no solo en nuestra sociedad sino universalmente, este hecho no es aceptado. Esto significa que los principios morales son verdaderos no relativos como nos lo quieren imponer por todas partes.
Hay personas que no desean saber la verdad, prefieren uniesen al mundo del no ser en el pensamiento filosófico. En fin las doctrinas como nos recuerda Joseph Ratzinger cuando habla de la dictadura del Relativismo en una homilía en Abril de 2005: «Del Marxismo al liberalismo, hasta el libertinaje, del colectivismo al individualismo radical, del ateísmo a un vago misticismo religioso, del agnosticismo al sincretismo, etc. Cada día nacen nuevas sectas y se realiza lo que dice San Pablo el engaño de los hombres, sobre la astucia que tiende a inducir en el error. Aquí tiene una fe clara, según el credo de la Iglesia, a menudo se le aplica la etiqueta de fundamentalismo. Mientras que el relativismo, es decir, dejarse llevar por cualquier viento de doctrina, parece ser la única actitud adecuada en los tiempos actuales. Se va constituyendo, una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo, y que deja como última medida sólo el propio yo y sus antojos. Nosotros en cambio tenemos otra medida, el hijo de Dios, el hombre verdadero. Él es la medida del verdadero humanismo. “Adulta” no es la fe que sigue la ola de la moda y la última novedad. Adulta y madura es una fe profundamente, arraigada en la amistad con Cristo».
La guerra contra el relativismo no ha acabado, es un tema de moda.
Estemos
atentos.
Tu amigo
de siempre: Diego García.
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