Hay personas que tienen un corazón muy sensible, que desborda sentimientos, bajo una fría y dura capa superficial.
La paz que buscamos no está aquí ni allí, en un tiempo o en un lugar determinados. Resulta de un encuentro que cada uno de nosotros debe hacer con el otro –dentro de sí mismo. La paz que buscamos en el caos del mundo está en nosotros.
Esta paz sublime nace del amor, que es el camino para una vida verdadera.
La belleza exterior no es una señal fiel de lo que pasa en el interior. ¡Cuánta bondad se esconde tras feas apariencias! Por eso mismo, tal vez haya siempre algo tan extraño cuan íntimo en los rostros más tristes, cerrados, fríos y distantes de las personas en quien nuestra mirada se posa.
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