sábado, 20 de mayo de 2017
“¡Tenemos Madre!”
Es natural que los padres se alegren con los éxitos de sus hijos, pero
no es corriente que asuman sus culpas cuando sufren la tristeza de que un hijo
los hiera con la indignidad de un comportamiento criminal.
No escuché sin emoción, el día 13
de mayo, en el recinto del santuario de Fátima, como muchos otros millares de
fieles, las palabras del Papa Francisco: “¡Queridos peregrinos, tenemos Madre,
tenemos Madre! Agarrados a ella como hijos, vivamos de la esperanza que se
asienta en Jesús (...). Sea esta esperanza la alabanza de la vida de todos
nosotros! Una esperanza que nos sustenta siempre, hasta el último suspiro!”
De lo que es ser madre habla un
desconocido episodio que, después de reveladas las tres partes del secreto de
Fátima –la visión del infierno, la conversión de Rusia después de su
consagración al Inmaculado Corazón de María y el atentado mortal contra ‘el obispo
vestido de blanco’- bien pudiera ser considerado como un nuevo secreto de
Fátima. No es que yo haya sido vidente de ninguna aparición o visión
sobrenatural, pero fui confidente de un hecho que está relacionado con la
primera venida de San Juan Pablo II a Cova da Iria y que no me consta que ya
haya sido revelado.
Corría el año 1982 y, y en acción
de gracias por haber sobrevivido al atentado que sufriera el día 13 de mayo de
1981, en plena plaza de San Pedro, en Roma, San Juan pablo II vino a Fátima, en
la misma fecha del año siguiente, para agradecer la protección que, en ese día,
aniversario de la primera aparición mariana en Cova da iria, Nuestra Señora le
dispensara, salvándole la vida. Pero, ya en Fátima, acontecería un lamentable incidente:
un ciudadano español, Juan Fernández Krohn, envuelto en la sotana, se aproximó
al Santo padre con un arma blanca. Gracias a la pronta intervención de las
fuerzas de seguridad, el atentado no tuvo resultado y su autor fue rápidamente
inmovilizado y retirado del local.
Juan Fernández Krohn nació en
1948 y frecuentó el Seminario de Ecône, en Suiza, donde fue ordenado presbítero
por el arzobispo francés Marcel Lefebre, pero rápidamente se desvinculó de esa
organización tradicionalista. Por el
hecho de haber atentado contra el romano pontífice, quedó automáticamente
excomulgado, o sea fuera de la Iglesia católica, de la cual ya eventualmente se
excluiría al adherirse al movimiento integrista del obispo cismático francés.
Después de su atentado contra el Papa fue condenado, por un tribunal portugués,
a seis años de prisión pero, cumplida a penas la mitad de la condena, fue
liberado y expulsado del territorio nacional. Se estableció en Bélgica y,
habiendo ya abandonado el ministerio sacerdotal, que prácticamente nunca
ejerció, trabajó como periodista.
Poco más habría que añadir a este
triste episodio de este tan triste personaje,si no hubiese sido un desarrollo
ocurrido en uno de los días siguientes al de su fracasada tentativa de asesinar
a San Juan Pablo II. El hecho me fue relatado entonces por una testigo ocular,
ya fallecida, pero como no corro peligro de traicionar la confianza en mí
depositada, ni de cometer ninguna deslealtad, nada obsta a que, treintaicinco
años después, lo revele aquí.
Uno de los días siguientes al
atentado frustrado contra San Juan pablo II, un matrimonio español muy discreto llamó a la puerta de la Nunciatura
Apostólica, en Lisboa, donde se alojó el Santo Padre durante su estancia en
nuestro país. El semblante de ambos era grave, pesaroso y su actitud era tan
reservada, que no se apercibió de ellos la comunicación social. Eran los
desolados padres del frustrado asesino que, así que supieron por la prensa del acto trastornado de su hijo, quisieron
ir, personalmente, a pedir perdón al Papa. Nada los obligaba a hacerlo, porque
el autor del atentado era mayor y, por
eso, sus progenitores no tenían ninguna responsabilidad en aquel acto criminal.
La naturaleza infamante de la acción incluso hacía comprensible que, por el
contrario, se hubiesen remitido a un comprensible silencio o incluso ocultases
un parentesco que, en aquellas tan penosas circunstancias, era particularmente
vergonzoso. Pero pudo, con todo, su enorme sentido de justicia y dignidad que,
cuanto más los honra, tanto más acusa al hijo, cuya actuación desmerecía
aquellos padres.
Es comprensible que los padres se
alegren con los éxitos de los hijos, porque son suyos también. Pero no es tan
corriente que asuman sus culpas, que den la cara cuando sufren la tristeza de
un hijo que los hiere con la indignidad de un comportamiento criminal. Estos
padres, no obstante su inmenso dolor por saber que su hijo había atentado contra
el Santo Padre, no se escondieron en un cómodo anonimato, antes bien hicieron
suya la culpa de él y tuvieron la valentía de pedir perdón por su hediondo
crimen.
Así hace también la iglesia con
sus hijos pecadores: no los echa fuera ni abandona en la hora de la deshonra
porque, como buena madre que es, los acoge y perdona, si verdaderamente se
arrepienten. Pero puede su amor a la verdad y su caridad, que su autoestima o imagen pública.
Como decía el papa Francisco, en
la conclusión de su homilía en la celebración eucarística de la canonización de
Francisco Marto, la Iglesia “brilla cuando es misionera, acogedora, libre,
fiel, pobre de medios y rica en amor”. En una palabra, cuando “el rostro joven
y bello de la Iglesia”, se manifiesta no como poderosa organización, sino como
madre.
Acerca de Octovilo Mateos Matilla
Mi nombre es Diego Fernando García, soy el administrador del Pensamiento Serio.
Soy un lector de filosofía, libros que hablan de pensamiento humano, mi corriente filosófica es: neo-realismo analógico.
Escritor de blog, artículos, creador del proyecto «pensamiento serio» Es un sitio de filosofía sociedad y religión católica. Con recursos como: texto, imagen, audio , vídeo, diapositivas y diferentes formatos adaptados a este espacio.
octóvilo Mateos Matilla
Labels:
octóvilo Mateos Matilla
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hemos podido validar su suscripción.
Se ha realizado su suscripción.
Gracias por su apoyo. ¡Espero que disfruten usando el cuaderno tanto como yo disfruté creándolo!
Cuaderno de perrito |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Espero comentarios adjuntos en alguna de las entradas de mi página web, preguntas cortas e interesantes, en el formulario de este portal o por correo electrónico. Las interpretaciones que se den a esta exposición: clara, concisa, profunda y precisa no es responsabilidad de Diego García; sino de la persona que escribe la critica positiva o negativa, no se responde por daños o perjuicios que se causaran por dichas notas.