El valor de cada persona depende de lo que es capaz de hacer por quien nada puede hacer por ella. No se trata de simple reciprocidad, sino de la pura gratuidad del amor.
El movimiento de ser es siempre una emanación de mí hacia el otro. Ser es dar. Ser es ser para el otro. Incluso el egoísta lo es porque se preocupa de explotar al otro hasta el límite.
Un problema de nuestra sociedad es la débil voluntad de ser. Parece que cada vez hay más gente arrastrándose. Tienen fuerzas que no usan y talentos que no trabajan. Y porque hay muchos así, donde debía haber relación hay distancia. Desiertos donde debía haber jardines.
Ser es hacer realidad una interioridad llena de sueños que son semillas de mundo.
Los dones personales que cada uno de nosotros posee deben ser concretados. Es nuestra obligación buscar alimento y cuidado para los talentos de los que somos capaces. Son capacidades que deben evolucionar, no son aptitudes instantáneas y permanentes.
La voluntad es nuestra mayor fuerza, por eso sepamos utilizarla para, comenzando por reconocer las propias flaquezas, para hacer de ellas motivo de superación.
¿En qué podemos y debemos creer? ¿Lo que da sentido a la vida, por más dura que pueda llegar a ser? ¿Lo que nos puede salvar?
El amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Espero comentarios adjuntos en alguna de las entradas de mi página web, preguntas cortas e interesantes, en el formulario de este portal o por correo electrónico. Las interpretaciones que se den a esta exposición: clara, concisa, profunda y precisa no es responsabilidad de Diego García; sino de la persona que escribe la critica positiva o negativa, no se responde por daños o perjuicios que se causaran por dichas notas.