Psicólogo
Clínico.
Hace como un año un colega de
orientación psicoanalítica me compartió información sobre esta propuesta que se
presenta como una filosofía para la vida sexual de hombres y mujeres conocida
como la "Filosofía del Red Pill", sin embargo leyendo el contenido de
su página en realidad se trata de una propuesta ideológica basada en una doble
moral ya que por un lado resaltan la importancia de que una mujer se conserve
virgen hasta el matrimonio (No necesariamente se refiere al matrimonio
religioso incluso dentro de esta concepción pagana del término también puede
incluirse una unión de hecho) y por otro lado alegan que es mejor que el hombre
tenga la mayor cantidad de experiencias sexuales antes de casarse lo cual
evidentemente choca con una visión cristiana de la sexualidad donde siempre el
ideal ha sido que tanto hombres como mujeres se conserven puros hasta el
matrimonio.
Esta propuesta ideológica se basa en
medias verdades ya que si bien muestra datos correctos sobre el abuso de las
mujeres influenciadas por el feminismo y el daño psicológico que puede causar a
los hombres. El tema de la violencia y maltrato hacia las mujeres casi no lo
aborda y si lo hace es de una manera muy superficial. Una media verdad hace más
daño que una mentira. Las relaciones de pareja se reducen a un utilitarismo
materialista cargado de egoísmo e interés cosificando a la mujer, cerrándose a
toda posibilidad de abrirse a un auténtico amor trascendente por ello las
relaciones entre el hombre y la mujer no van más allá de un intercambio de sexo
y dinero.
El hombre bueno, cultivado en
virtudes cristianas es visto como un hombre "debil", que la mujer
tarde o temprano rechazara y los remplazara por, "Machos alfa" una
versión erotizada del superhombre nietzscheano (Algo totalmente fuera de la realidad),
caracterizado por su amoralidad. Cuyo éxito radica en conseguir dinero y sexo
como fines supremos. El gran empresario capitalista y lujurioso exitoso.
Digamos que es la cara opuesta del feminismo.
Masculinismo revolucionario cuyas
marcas distintivas que prevalecen son orgullo y sensualidad algo totalmente
opuesto a una masculinidad sana, donde ser hombre implica ser alguien recto,
justo, virtuoso y temeroso de Dios que a pesar de reconocerse debil y pecador
lucha constantemente contra el mal, si se cae se levanta y vuelve a empezar con
ayuda de la gracia sobrenatural que en el caso de los que somos católicos la
obtenemos por medio de los sacramentos de la confesión y la eucaristía, además
de la oración, caminando así progresivamente hacia la perfección cristiana
(Santidad).
Probablemente una mujer mundana y
promiscua deje a un hombre decente y lo reemplace por un "Macho
alfa", pero no una mujer pura y de recta intención por la que valga la
pena luchar y formar una familia.
Sobre los supuestos datos científicos
que demuestran que la experiencia sexual es necesaria para el hombre antes de
formar una relación estable en el peor de los casos son mitos y en el mejor de
los casos investigaciones sesgadas por lo que cuyos resultados no se pueden
generaralizar. Desde la más sana psicología está demostrado que lo ideal para
iniciar la vida sexual es a una edad adulta, dentro un contexto de amor y
compromiso. Para los que creemos en Dios esa plenitud de amor y compromiso se
da dentro del Matrimonio Religioso ya que los esposos son asistidos por la
gracia divina para poder sobrellevar las dificultades que se presentan y
mantenerse unidos hasta el final de sus días.
El médico endocrinólogo y sexólogo
español Gregorio Marañón (1887 - 1960) afirmaba estar convencido de que cuanto
más espera el joven el comienzo de su actividad sexual, no solamente tendrá más
potencia espiritual, una inteligencia más clara, una memoria más tenaz, una
voluntad más firme; sino también un cuerpo más robusto incluso sexualmente. El
día que se case tendrá una vida sexual mayor en cantidad y en calidad. De modo
que incluso en el matrimonio gozará más y tendrá hijos más sanos. Respecto al
mujeriego sostenía que la madurez sexual hace al hombre monógamo, por lo tanto
el mujeriego es un feminoide, ya que su afán de conquistar mujeres es para
hacer alarde de su virilidad, por tener complejo de inferioridad varonil.
Quiere compensar su autoconciencia de deficiente masculinidad con conquistas
femeninas para demostrarse a sí mismo y a los demás que es de verdad un hombre.
Por eso pierde interés por la mujer conquistada. Quiere nuevas conquistas, que supongan nuevos
éxitos.
Para finalizar, los Psicólogos
Católicos coincidimos en que una vida habituada al pecado a la larga acarrea
graves consecuencias psicológicas deteriorando significativamente la salud
mental. Es por eso que la Iglesia Católica no aprueba las relaciones
prematrimoniales precisamente porque tiene un gran respeto y estima por el amor
conyugal. Quiere ayudar a proteger y custodiar algo de lo que depende tanto el
bien para los propios esposos y para toda la sociedad cuya cedula fundamental
es la familia.
Psic. Yuri Chavarry Tello
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