EL DUELO

 

 

Colaboración de: Yuri Chavarry Tello

Psicólogo Clínico

 

Gran parte de la gente fracasa, de alguna manera en el proceso de separarse de alguien o finalizar alguna relación, sea por muerte, divorcio, quiebre de un romance o por algún otro motivo. Esta reacción de “aferrarse”, surge ante la perdida de seres emocionalmente significativos.

El proceso de adaptarse a la pérdida de un ser querido, suele ser bastante largo lleno de pena y dolor, seguido por un rebrote del interés por las personas aún con vida y las cosas en general. Se deduce que la adaptación a la perdida de alguien odiado sería una sensación de tranquilidad. La reacción de “aferrarse” tiene como fin inhibir la carga emocional que surge por la perdida y conservar viva a la persona en la fantasía.

 

 

La reacción de “aferrarse”, casi siempre es motivada por la presencia de un gran número de situaciones incompletas entre las dos personas, antes del fin de la relación. Llamo “Situación incompleta” a una emoción experimentada una o más veces durante la relación, pero debido a razones diversas esta no se exteriorizó. Esto es debido a que la gran mayoría de personas aprende desde la infancia a suprimir emociones dolorosas o arrolladoras, contrayendo constantemente la musculatura lisa y esquelética e inhibiendo la respiración. Por ello los cuerpos se entumecen y al llegar a la edad adulta, la sensibilidad corporal ya está disminuida en grado sumo, y como los sentimientos están en el cuerpo, no los llegan a percibir. Esta incapacidad de sentir les impide cerrar situaciones emocionales.

 

Otra modalidad que la gente usa para evadir determinadas situaciones estriba en sobrevalorar a alguna de las retribuciones secundarias de “aferrarse”. Cuando el presente no les atrae o no se sienten capaces de entablar relaciones con otras personas, pueden aliviar su sensación de soledad recordando relaciones pasadas. Ha de suponerse que estas experiencias del pasado fueron placenteras, no obstante, lo más probable es que hayan sido desagradables.

 

 

Aferrarse luego del fin de una relación, puede ser debido a asuntos pendientes debido a que la relación fue intensa y de larga duración. Existen varias situaciones inconclusas en la relación mientras esta se da, cuando la relación se rompe por muerte, divorcio, por la separación de una persona, entre otras. La relación en si misma queda inconclusa. El sujeto aún se encuentra con mucha carga emocional acumulada y no manifestada: viejos resentimientos, frustraciones, heridas del pasado, sentimientos de culpa inclusive amor y aprecio que no se expresaron.

 

 

Estas emociones inexpresadas obstaculizan el fin de la relación, simplemente porque el otro (a) ya no está cerca para escucharlo. Una solución para esto es hacer que la persona exprese sus sentimientos en fantasía hacia el otro que se ha ido. Cuando estamos dispuestos y listos para concluir la relación, casi siempre se produce una explosión emocional, lo esperado es que completemos el proceso de luto, y lloremos; sin embargo, a veces se produce una sensación de gran alivio y alegría por haber eliminado un peso muerto.

 

Psic. Yuri Chavarry Tello