Opinionismo de los apologetas católicos en las redes sociales

Jesús, fuera escogido a los apologetas de discípulos, ni a la última cena lo fueran acompañado. Hay quienes dicen que no se debe participar en los grupos de pastoral.

 

 

“Lo que más odia el rebaño es aquel que

piensa de modo distinto; no es tanto

la opinión en sí, sino la osadía de querer

pensar por sí mismo, algo que ellos

no saben hacer”.

(Arthur Schopenhauer).

 

 

Por: Diego Fernando García

diego@pensamientoserio.com  

 

1.   Acerca del opinionismo

 

En la actualidad, a través de las redes sociales, se observa a individuos que se perciben a sí mismos como apologetas de la fe católica. Sin embargo, muchos de ellos parecen tener “problemas de identidad”[1] o simplemente están más interesados en defender su propio ego que en la fe misma. Es importante notar que se perciben a sí mismos como apologetas porque, oficialmente, la Iglesia no los ha enviado.

 

Al reflexionar sobre el concepto de «opinionismo», se puede definir como el «ismo» de la opinión: hablar y pensar alejados de la línea que tiene la Iglesia Católica hoy. En este sentido, he buscado, al igual que en otras ocasiones, algún documento del magisterio que aborde la “apologética en redes sociales”[2], pero no he encontrado ninguno.

 

La imagen de portada de este escrito es muy reveladora. Muchos apologetas son «de escritorio»: no realizan pastoral y solo están presentes en redes sociales. Si Jesús de Nazaret hubiera elegido a sus discípulos entre estos apologetas, en la última cena habría estado solo. Parece que estos super apologetas solo desean mostrar su capacidad intelectual en internet.

 

La apologética de internet se asemeja a un partido de fútbol, con hinchas y todo, donde se dan peleas propias de la calle. Estos apologetas dan un mal testimonio y justifican sus acciones diciendo que defienden la Iglesia Católica. En fin, para hablar contra el protestantismo, lo que la Iglesia ha hablado en el Concilio de Trento es suficiente respuesta. En redes sociales, solo se ve el espejismo de lo que es la fe católica, una «burda caricatura del cristianismo».

 

Por otra parte, el exceso de opiniones de los apologetas de todo tipo, desde lo esperado hasta lo inesperado, se presenta de manera diversa. Algunos lo hacen por negocio y otros por ser “conocidos y aplaudidos”[3].

 

Es fácil abrir un canal y percibirse como apologeta, iniciando debates con cristianos de otras denominaciones, que en realidad son peleas con protestantes.

 

Como he dicho anteriormente, el opinionismo de los apologetas católicos es muy grande. Tienen la habilidad de hablar y decir que defienden la fe, solo para ganar suscriptores. En las redes sociales, cualquiera puede autoproclamarse experto en algún tema. Este es un fenómeno actual. Estos figurines, los llamados apologetas, son influencers católicos con un montón de seguidores.

 

En este mismo sentido, muchos dicen que,

 

 “opinionismo circundante: que nada dice, aunque diga todo. No está nada que la gente exprese al fin, se trata de un derecho por completo respetable, lo dudoso es que las personas estén seguras de que su opinión vale”[4]. 

 

Y aún peor es que digan que defienden la Iglesia, cuando en el fondo se están defendiendo a sí mismos. Pero lo problemático es que muchos les creen.

 

La cuestión de la evangelización por redes sociales debe tener en cuenta lo siguiente:

 

“en última instancia, para las relaciones, un buen «examen de conciencia» sobre nuestra presencia en las redes debería incluir tres relaciones vitales: con Dios, con el prójimo y con el ambiente que nos rodea”[5]. 

 

La intimidad con Dios en la oración es lo más importante para poder discernir si debemos dedicarnos a evangelizar a través de las redes sociales.

 

2.   Los que les creen todo lo que dicen los apologetas

Los que les creen a los apologetas.

Los que les creen todo lo que dicen los apologetas son como si tuvieran un candado cerrado en la cabeza y hubieran botado las llaves. No quieren pensar la fe; son pensados por los apologetas, los gurús de las redes sociales, quienes se presentan como los dictadores del saber.

 

Es mejor siempre, seguir

 

 

“sus convenciones y criterios estéticos; pero, por otra parte, el auténtico artista, el genio, entiende que no puede limitarse a la imitación de la tradición, a lo que no logra soportar”[6]. 

 

Frente a este pensamiento, prefiero un católico unido al párroco o a una fraternidad o comunidad religiosa, no a un apologeta que le diga “qué tiene que hacer”[7]. Este último no es una autoridad eclesial, en cambio, las otras sí lo son. Obedecer a la Iglesia es una virtud; obedecer a un apologeta, en cambio, puede ser una virtud o una necedad, dependiendo de la situación. Es mejor ir a lo seguro. Claro que también en ocasiones se encuentran malos pastores, por lo que debemos discernir bien. Sin embargo, es más preciso confiar en alguien que ha tenido una formación de años en comunidad que en un apologeta de escritorio que critica la vida pastoral cuando él ha hecho poca o ninguna pastoral.

 

3.   Mis críticos vienen de los peones de los apologetas

 

 

Los seguidores de los apologetas son los que me critican. Creen tener la luz, cuando, como he mencionado en este escrito, son partidarios de los apologetas de internet, quienes se consideran más sabios que los teólogos contemporáneos. Sin embargo, algunos de estos apologetas carecen de estudios en filosofía y teología, aunque ciertos seguidores los idolatran como si emanaran sabiduría.

 

La Iglesia no certifica oficialmente la apologética de internet, aunque se ha hablado en varias oportunidades sobre la evangelización por redes sociales. Pero los apologetas no evangelizan, solo pelean y generan contenido controvertido para ser vistos, imitando a sus gurús de turno.

 

Estos peones de los apologetas son los nuevos dictadores del pensamiento; desean llevar a uno a “la horca y quitarlo del medio”[8].

 

Finalmente, ¿me cansaré de decir la verdad? Nunca, nunca y nunca. Estaré firme para demostrar la incoherencia de estos apologetas. Espero recibir comentarios buenos o malos sobre este escrito; no importa, acepto todo tipo de razonamiento, ya que no soy un dictador del pensamiento.

 

Nota: Se conocen muchas personas que son sabios sin estudio, y además doctores en filosofía y teología con muy poca inteligencia.

 

Se despide tu amigo de siempre,

 

Diego Fernando García.

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Referentes  Bibliográficos

[1] Muchos de estos apologetas no quieren profundizar en su profesión; quieren ser conocidos como apologetas, por eso hacen videos y crean contenidos sobre defensa de la fe, o sobre lo que ellos entienden por esto. Es decir, la falta de identidad en este caso se define por la falta de compromiso con su profesión. Lógicamente, cualquier cristiano debe profundizar en la fe, pero estos apologetas buscan seguidores;  o siguen el evangelio según San Yo; ahí está el problema.

[2] La Iglesia Católica no habla de apologética en redes sociales, sino de evangelización en redes sociales, recordando que la apologética es parte de la catequesis.

“Redes sociales, por su actitud próxima a la gente, buscando entender los problemas de las personas y del mundo”. (Turriago Rojas, Daniel. Historia de la evangelización: La Iglesia católica en el devenir histórico. Colombia: Universidad de la Salle, 2020. p. 76)

“Iglesia católica hay que buscarlo en los cambios vertiginoso que se han dado en el contexto socio-cultural en las […] redes sociales”. (Emplazados para una nueva evangelización. España: Ediciones Universidad San Dámaso, 2013. p. 21).

“Evangelio entre «individuos y los grupos ignorados por los medios de comunicación», […] las redes sociales, es confuso, tal vez por su laconismo. En el punto dedicado a la privatización, confunde las redes […]”. (Raigón Pérez de la Concha, Guillermo. Estructura de la información en la Iglesia Católica. España: Universidad de Murcia, 1998.p. 69)

“Articulo académico teológico sobre la evangelización en las redes sociales”. (Néstor Mora Núñez. “Evangelización En Las Redes Sociales. Aspectos Generales Y Propuestas de Futuro.” ResearchGate. Universidad Femenina Del Sagrado Corazón, December 30, 2021)

[3] Algunos apologetas dicen que actúan por la fe católica. Quizás están confundidos y piensan que la fe católica se trata de peleas sin sentido. Aunque no dudo de la buena fe de algunos de ellos, creen que están defendiendo la verdadera fe, cuando en realidad no se dan cuenta de que están defendiendo su ego.

En este punto, quede claro que hay diferentes tipos de apologetas, pero hoy todos ellos están solo garroteando nada más.

[4] Universidad de México: revista de la Universidad Nacional Autónoma de México. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2002. p. 63.

[5] A su vez cita a: (Laudato Si. 66.) Tomado de: “Hacia Una Plena Presencia - Reflexión Pastoral Sobre La Interacción En Las Redes Sociales, 28 de Maio de 2023, Dicasterio Para La Comunicación,” 2023.

[6]Fernández, Carlos Arturo. Concepto de arte e idea de progreso en la historia del arte. Colombia: Instituto de Filosofía, Universidad de Antioquia, 2008. p. 269.

[7] Algunos dirán, y con razón, que los apologetas no les dicen qué hacer, pero sus seguidores son leales a ellos hasta el punto de compartir cada cosa que publican para aumentar sus visualizaciones, y creen todo lo que dicen. Por eso, usando un lenguaje directo, dije lo que dije, porque casi es literal. Estos católicos no adoran a Dios, sino a los apologetas famosos; recientemente, su forma de actuar demuestra que defienden a su apologeta favorito.

[8] Es una analogía o comparación; no creo que físicamente me deseen quitar la vida.