EL ROL DEL PSICOLOGO CLINICO EN EL DISCERNIMIENTO DE POSIBLES CASOS DE POSESIÓN Y TRASTORNOS MENTALES

 

PSICOLOGO CLINICO 

Lic. Yuri Chavarry Tello

Psicologo Clinico

C.Ps.P. 17359

POSIBLES CASOS DE POSESIÓN Y TRASTORNOS MENTALES

El discernimiento entre un trastorno mental y un posible caso de posesión demoníaca es una tarea compleja que requiere un abordaje multidisciplinario. En este proceso, el psicólogo clínico desempeña un papel fundamental al evaluar los signos y síntomas presentados por el paciente desde una perspectiva científica, sin desestimar la posibilidad de factores espirituales cuando las evidencias así lo sugieren.

 

Desde la psicología y la psiquiatría, diversas patologías pueden manifestarse con síntomas similares a los descritos en la literatura religiosa sobre posesión, tales como la esquizofrenia, el trastorno disociativo de identidad y ciertos episodios psicóticos. El psicólogo clínico, a través de una evaluación rigurosa basada en el DSM-5, el CIE-10 y otras herramientas diagnósticas, puede determinar si los fenómenos presentados por el paciente corresponden a una condición mental o si existen elementos que escapan al conocimiento clínico convencional.

 

El exorcista y teólogo Padre Gabriele Amorth, quien fuera el exorcista principal de la Diócesis de Roma, señala que "el verdadero poseso muestra una aversión extrema hacia lo sagrado y reacciones inexplicables ante objetos benditos" (Amorth, 1999). El Padre José Antonio Fortea, también exorcista y teólogo, sostiene que "es crucial que los psicólogos y psiquiatras colaboren con la Iglesia para discernir los casos que escapan a una explicación meramente psicológica" (Fortea, 2003). Desde el punto de vista de la psiquiatría, el Dr. Richard J. McNally, profesor de Psicología de Harvard, ha investigado casos de "posesión" desde la perspectiva de los trastornos disociativos, concluyendo que muchas experiencias pueden explicarse mediante mecanismos psicológicos como la sugestión y el trauma (McNally, 2005).

 

Cabe aclarar que muchos profesionales llaman casos como estos "síndrome demonopático de doble personalidad". Lo cual no significa que sean necesariamente creyentes ni asuman que la persona está poseída por un espíritu maligno. Es más bien una denominación en base a los signos y síntomas observados durante la evaluación clínica, permitiendo una comunicación efectiva entre disciplinas sin incurrir en prejuicios científicos o religiosos.

 

Dado que los fenómenos de presunta posesión pueden involucrar factores psicológicos, psiquiátricos, neurológicos y espirituales, es imprescindible un abordaje multidisciplinario. Un equipo compuesto por un psicólogo, un psiquiatra, un neurólogo y un exorcista permite una evaluación integral del caso.

 

El psicólogo clínico se encarga de identificar posibles trastornos mentales y brindar apoyo terapéutico al paciente. El psiquiatra puede determinar la necesidad de tratamiento farmacológico o la presencia de afecciones psiquiátricas severas. El neurólogo evalúa la existencia de patologías como la epilepsia del lóbulo temporal, que puede generar alucinaciones y estados de trance. Finalmente, el exorcista realiza un discernimiento espiritual, siguiendo los criterios establecidos por la Iglesia para determinar la posible presencia de un fenómeno preternatural.

 

Algunos lectores se preguntaran si es necesario que el psicologo sea catolico la verdad es que al menos en teoria no es necesario que el psicólogo clínico sea católico para evaluar posibles casos de posesión demoníaca. Su función es aplicar criterios científicos para diagnosticar trastornos mentales y contribuir al discernimiento clínico. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) y la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) establecen criterios para evaluar trastornos como el trastorno disociativo de identidad o la esquizofrenia, que pueden simular síntomas de posesión. No exigen una creencia religiosa para su aplicación.

 

El Padre José Antonio Fortea, en Summa Daemoniaca (2003), menciona que "el exorcista puede apoyarse en médicos y psicólogos no creyentes, siempre que su evaluación sea profesional y objetiva." Asimismo, el exorcista Gabriele Amorth en Un exorcista cuenta su historia (1999), señala que la colaboración con psiquiatras y psicólogos es útil sin importar su fe, siempre que estén abiertos a la posibilidad de lo inexplicable.

 

En conclusión, la fe personal del psicólogo no es un requisito para su labor en estos casos, pero sí es clave una actitud de apertura a un abordaje multidisciplinario, donde el profesional respete las creencias del paciente y colabore con otros especialistas, en colaboración con otras disciplinas, juega un papel crucial en la diferenciación entre un trastorno mental y una posible posesión. Su labor no es asumir una posición teológica, sino aplicar su conocimiento científico para contribuir a un diagnóstico preciso, asegurando que el paciente reciba la atención adecuada. La interacción entre la ciencia y la espiritualidad, cuando se aborda con rigor y respeto, permite ofrecer una respuesta integral a estos fenómenos que, independientemente de su origen, impactan profundamente en la vida de quienes los experimentan.

 

REFERENCIAS

 

1.  Amorth, G. (1999). Un exorcista cuenta su historia. Ediciones Paulinas.

2. Fortea, J. A. (2003). Summa Daemoniaca: Tratado de Demonología y Manual de Exorcistas. Editorial Dos Latidos.

3. American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5). American Psychiatric Publishing.

4. Organización Mundial de la Salud (1992). Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10). OMS.